Joan Fornells es un dibujante que intenta abrirse camino en el difícil mundo del cómic a principios de los ochenta. Le acompañaremos por su peregrinaje por las agencias, su trato con los editores, sus frustraciones y sus problemas para sobrevivir haciendo lo que más le apasiona: dibujar tebeos.
Gari Folch es un cómic que recuerda una época dura de los inicios como autor de historietas de un dibujante que es el alter ego del propio Joan Mundet. Estamos ante un cómic autobiográfico sin concesiones. Aunque en un juego metafísico que confunde un poco, Mundet presenta el trabajo como si fuera realizado por un amigo suyo también dibujante llamando Joan Fornells, que le ha utilizado a él y a sus familiares y conocidos como referencia para realizar el cómic. La explicación es que es un alter ego del pasado y puede ser algo borroso con el tiempo. Como dice el propio autor, “[Fornells] se quedó fijado en un tiempo, en un espacio y en unas vivencias, como las fotografiás, ahora ya no somos el mismo, aunque compartimos infinidad de recuerdos, pero estos también cambian con el tiempo, y al final uno no sabe si las cosas ocurrieron como uno cree recordarlas o el recuerdo ha conformado una realidad diferente, ya que la memoria es selectiva, partidista y fabuladora” Todo este juego prismático añade un poco de confusión innecesaria sobre si lo que narra la historia sucedió o no. Además el título misterioso del cómic Gari Folch sin más explicaciones, tampoco ayuda, aunque en el cómic el protagonista llama Gari a su mujer…
Pero sí, Gari Folch narra los inicios reales del dibujante en el mundo del cómic, ese devenir de agencia en agencia, el trato con soberbia y hasta despreciable de algunos editores, las frustraciones, la rabia, la tristeza, el rechazo, el tirar la toalla… pero también su perseverancia, su fuerza, el amor y apoyo de su mujer, y el seguir adelante por el amor al dibujo y a un sueño. No es un cómic autocomplaciente, no encontraremos la historia de un dibujante con el corte humorístico y distendido de Los Profesionales de Carlos Giménez. Los protagonistas son también reconocibles y por si uno los desconoce, hay un apéndice al final del volumen. Un cómic donde el romanticismo de la vida de dibujante desaparece y se impone un realismo duro. Una pequeña historia del mundo del cómic desde la trastienda en aquellos años con sus buenas bofetadas sin rencor.
Mundet es un artesano que planifica minuciosamente la narración, lo que quiere contar y como. Por esto intercala con maestría los encuadres, las perspectivas y los diferentes planos. Un dibujo cargado de rayas, de tramas, pero nítido. No es un cómic aburrido por su habilidad al hacer fluir la lectura de esta historia autobiográfica sin acción. El autor sabe crear este relato de atmósfera intima y pausada. Palpamos los silencios, las miradas cómplices de los personajes y nos interesamos por su vida. Juega con los negros con algunas memorables viñetas y con la maestría de su admirado Alberto Breccia de Mort Cinder.
Joan Mundet es un gran artista del cómic. Solo hay que seguir su obra más personal y magna: Capablanca o sus trabajos en El Capitán Alatriste y Dago para darse cuenta de ello. Gari Folch se publicó en la revista Rambla en 1983 en forma seriada y porque el autor se propuso con tesón publicar ahí. Una obra adelantada a su tiempo que pasó desapercibida ante el boom comiquero de aquellos años. En 2008 se recopiló en un tomo de la editorial Dolmen pero al que le faltaban por error ¡un total de más de 10 páginas! Ahora en 2018 ¡por fin! podemos disfrutar de la obra completa y revisada en una asequible y buena edición de Amaníaco Ediciones. El libro se complementa con un apéndice en el que el autor cuanta curiosidades de esta obra. Tal vez le faltaría en la portada un subtítulo con gancho en la parte inferior que hiciera referencia a lo que nos encontraremos si nos lo llevamos acertadamente para casa.
Gari Folch, pese a la agridulce narrativa de la vida de Joan Mundet desde que es niño, no deja de ser un canto y homenaje a todos los dibujantes que con mucho sudor tantas alegrías nos han dado en forma de viñetas, entrando con sus personajes de papel en nuestras vidas para siempre.
GARY FOLCH
Escrita y dibujada por Joan Mundet
Encuadernación rústica con solapas, 16,8 x 24 cm
144 páginas en blanco y negro
Amaníaco ediciones / Cayolargo ediciones
Escrita y dibujada por Joan Mundet
Encuadernación rústica con solapas, 16,8 x 24 cm
144 páginas en blanco y negro
Amaníaco ediciones / Cayolargo ediciones