RAFAEL LÓPEZ ESPÍ (2ª parte)
A Toutain lo conocía desde joven. Yo crecí con él. Había un sentimiento digamos fraternal, de amigo, de medio hermano por lo bien que yo había sido tratado por él. Pero llega un punto y te das cuenta de que te ha engañado en los precios. El presumía de que era justo en todo y yo encantado. ¡Qué suerte de haberle conocido de joven! Llegó el momento del desengaño. No recuerdo exactamente pero estaríamos hablando de un precio de 8.000 ptas por página de las de entonces, a pagarte 2.000 ptas. La diferencia es brutal y encima de esas 2.000 ptas se quedaba el 33% de comisión de agencia. Él hacia el recorte para su bolsillo, y sí, pagaba bien con respecto de España porque nadie pagaba esto por página. Pero abusó. Ese beneficio lo podía haber compartido. Nadie le hubiese dicho que no al 50%. Ese fue el desengaño que tuve. Esto fue unido a otros tratos puntuales personales. Tampoco es cuestión de pregonarlos.
-Josep Maria Beà, del cual por cierto tú fuiste por así decirlo su descubridor y al que le animaste en sus primeros pasos en este mundo de viñetas, afirma que en aquellos años que trabajaron para la editorial americana Warren se pagaban muy bien las portadas y planchas y que muchos autores despilfarraron grandes cantidades. ¿Estas de acuerdo?
Esta es la época que yo ya no estaba en S.I. No me pude beneficiar de esto. Yo ya no volví por lo expuesto. Y no por los dibujantes, sólo fue por Toutain nada más.
Yo ya había trabajado mucho con Toray. Confiaba que al salir de S.I me llamarían pero no lo hacían. Fui a ver a Sotillos para ver que pasaba, cual era el motivo, si es que tenían algo contra mi. Me respondió que ¡que va! Creían que cobraría mucho dinero. Yo con que me pagaran el máximo valorando mi categoría y sus tarifas ya estaba encantado. Entonces me llenaron de trabajos. No eran precios como los de Inglaterra, ni mucho menos, pero en la medida que tenía mucho trabajo y yo era rápido, me compensaba de la misma manera. La calidad que les entregaba les encajaba bien. También trabajaba para Bardon Art.
Sí, estaba más compenetrado con el guionista. En este caso era Sotillos, el jefe de Toray y buen guionista. Estaba encantado que sus guiones se los dibujase yo. Incluso me hacia historias pensando en como yo las resolvería. Había compenetración. Esto es lo que yo quería. Los guiones ingleses muchas veces estaban escritos por escritores de novela y te hacían descripciones novelescas. Tu de ahí tenias que ingeniarte en que momento detener la escena que te describe para ponerla en la viñeta. No era una película. Eran viñetas fijas. Era un problema que nos encontrábamos a menudo.
Las dos portadas apaisadas de arriba no son de él, pero sí la muestra del cómic interior. Abajo muestra de cómic romántico dibujado por él para el extranjero en la revista Marilyn. Eran seriales y algunos basados en canciones. Año 1963. Tambien publicó en la revista Valentine y Roxy.
-¿Cómo es que acabaste decantándote más por el arte de las portadas que por las viñetas?
Mantener los dos estilos no me permitía avanzar en el color y yo quería aprender del todo y dominar esa profesión del color. El cómic era un tropiezo para esto. Hasta que dije basta, se acabó. Me lancé a las portadas y ¡qué sea lo que Dios quiera!
Portadas de López Espí para Hazañas Bélicas de Toray entre 1965 y 1970.
Para la misma editorial en 1970 las portadas de la colección Leopardo.
-Y llega el año 1969 en el que entras en la Editorial Vértice. Ya habías trabajado para esta editorial con portadas de aventuras o de series como Mytek, pero con el desembarco de los cómics de la Marvel serás recordado para siempre por los aficionados del cómic veteranos y nuevos.
Mytek con dibujos de Espí
El formato de edición era inicialmente pequeño llamado generalmente taco. Portadas sobre fondo blanco donde tenías que plasmar la fuerza del personaje y atraer la atención del posible comprador. ¿Cómo lo lograbas?
¿Cómo debes plantearte la cubierta pensando en llamar la atención? No en hacer lo que tú quieras, dibujar una escena que le gustase al lector, o a mí, o al editor, no, había que llamar la atención pensando en el quiosco. ¿Como conseguir que sobresalga de las demás? Como había abundancia de portadas de color amarillo como base y otros colores, un fondo blanco iba perfecto. Luego un impacto de color rojo, por ejemplo, un circulo rojo sobre el fondo blanco. Esto se distinguía entre las demás publicaciones.
Generalmente era un planteamiento de este tipo. Con idea de cartel. De poster. Llamar la atención para vender el producto que sea. Al principio esa idea la pude absorber de Enrique Torres. Él venía de publicidad. Ya en Toutain coincidimos y me enseño el contraste de los colores, esa intención del colorido. Estos conocimientos me fueron favorables para desarrollar las portadas.
Por otro lado las portadas que venían de los cómics americanos estaban demasiado repletas de dibujos. Entendí que esas portadas no gustarían, se perdería el impacto. Unos dibujitos en una revistita que la gente no vería hasta que la tuviese en las manos... Lo que quería es que fueran a por ella, a por esa portada. Esa fue la verdad. Tenía que simplificar.
Aparte tenía que simplificar para que me compensara por que Vértice pagaba poquito. Tantos personajes y tanta producción no las hubiera podido cumplir. Si hubiesen cogido a más dibujantes no podrían haber hecho frente, porque tanto dibujo lleva su tiempo. Todo me conducía a simplificar la cubierta.¡Estaba obligado a ello!
Más portadas aquí.
En aquella época no había la informática de ahora. El sistema por el cual se hacían las reproducciones era fotografiarlas y sacar clichés, negativos de color y de negro. En las publicaciones con la portada a todo color pintada a la témpera e impresa en offset, no se podían manipular en los talleres gráficos de imprenta. Esas portadas tal como venían con la letra impresa y textos en ingles, era imposible hacer una corrección en las mismas. Además la reproducción era bastante floja de calidad pese a la técnica del offset.
Pretendían que hiciese una copia original de las portadas. Hice algunas, pero como he dicho por lo que me pagaban y el tiempo que le dedicaba, no resultaba. Propuse hacer algo más simple, que me dieran la cubierta impresa que recibían y directamente encima de ella pasteaba, pintaba y tapaba. Lo mismo que ahora se haría con el Photoshop yo lo hacía a mano. Les dejaba la misma reproducción, tapando letras y tratando de imitar el fondo para que se acoplase bien al trabajo del autor americano. Un parche pero bien hecho. Que no se notara. Entonces encima volvían a poner los textos y títulos traducidos. Esa portada pasaba como original. Esto sí que se podía cobrar a un precio módico porque estaba poco tiempo. Era un arreglo. Ni firmaba ni nada porque respetaba la firma del autor. Esta es una de las explicaciones de porque no se reproducían directamente.
Otras portadas venían a pluma y era muy difícil hacer todos estos arreglos. Además los textos y títulos se intercalaban con los dibujos. Era muy complicado. Lo más practico era hacerla nueva. Resultaba más ventajoso para la editorial pagar el dibujo nuevo que no hacer arreglos.
El editor también capto esa ideología de cubierta cartel de la que hemos hablado y prefirió mantener ese estilo. El que inicio Enric Torres, y yo seguí interpretando su idea y dando esa continuidad.
El interior de estos tomos estaba bastante adulterado.
No pero tampoco me lo plantee jamás. Como portadista no tenía visión de seguimiento de una serie. Mi preocupación era que el trabajo gustase, permaneciera en cartel y en ventas para seguir trabajando. No me podía haber animado, porque Vértice no me lo permitió. Tenían correspondencia de fans que les gustaba mi trabajo, pero a mí no me la daban a conocer. Me pensaba que estaba en el más puro anonimato, que no me conocía nadie. Muchas portadas ni las firmaba.
-¿Qué técnicas usabas para esas portadas?
Hubo varias fases. El ilustrador siempre prueba. Empecé con el guasch. La tempera que se llama. Es como la acuarela pero con más pasta, más tierra, más materia...un poquito como el óleo pero sin tener su viscosidad. Se disuelve con agua, el óleo con aguarrás. La acuarela es todo transparencia, en el guasch puedes usar técnicas de transparencia y aplicar el cubrimiento de la materia igual que el óleo. Es un entremedio. Es la forma idónea para pintar ilustraciones para reproducir.
También use los acrílicos. Incluso la tinta china, la usaba como base en muchas partes y luego pintaba encima. Los recursos se van multiplicando y haces filigranas y malabarismos. Creo que los ilustradores probamos todas las técnicas.
-Al principio en el interior del cómic de Vértice se indicaba de quien era la portada y alguna vez salía tu firma en un lateral de la misma. Pero la mayoría de veces tu nombre no aparecía por ningún sitio. ¿Por qué? ¿Te dolía esto o ya estabas acostumbrado?
Muchas veces por descuido o por las prisas. Generalmente yo firmaba en un lateral en la parte de la doblez del lomo. A veces era por la reducción, por el corte o la misma doblez del lomo. Las cubiertas en las que por lo que fuera había copiado demasiado del dibujo americano, aunque la cambiaras, no me apetecía presumir de esa obra y no la firmaba.
-En algunos cómics Vértice de los primeros si que ponía en el interior que la portada era tuya.
En eso no me fijaba y tampoco me daban el cómic, salvo excepciones. Me daban la prueba de grabado. Esta servía para ver si quedaba bien reproducida. Cuando tenían el visto bueno se imprimía. Por esto conservo material... Las pruebas de grabado unicamente.
Dos portadas de Espí del año 1974 ya en el formato grande de Vértice. Muestra aquí de la portada original americana y su visión. Abajo el famoso álbum de cromos de Cropan.
-No podemos olvidar la fantástica colección de 80 cromos de los pastelitos Cropan del año 1976: "Descubre a tus héroes fantásticos" Realizada íntegramente por ti y además creando logotipos o distintivos para todos los personajes. ¿No acabaste un poco harto de los superhéroes?
La rutina siempre adormece, cansa y te quita el apetito de hacer otras cosas. Aunque yo trabajaba algo para el extranjero, el plato fuerte siempre era Vértice. Era la que me daba trabajo fijo. El trato era rápido y personal. Yo podía estar dibujando en mi mesa y al rato estar en la Editorial. En la obra para el extranjero la formula era otra.
También sujetándome un poquito a la necesidad. No hay que perder de vista que yo estaba casado y habíamos llegado al cupo de cuatro hijos. Tres en los tiempos de Vértice. Tuve que trabajar para alimentar varias bocas. Una época en que no habían escuelas públicas como las de ahora y si querías dar cierta calidad a la enseñanza tenias que pagarte la escuela. Todo era triplicado. Lo digo para que entendáis que yo necesitaba también hacer producción. Cantidad para cubrir las necesidades. No he ido escaso económicamente pero tampoco he ido boyante como, por ejemplo, los que hacían las cubiertas para la Warren.
Aunque tampoco veía tan ventajoso trabajar para Estados Unidos. Enric me explicaba que el tenía que hacer el boceto, hacer fotografías, y enviarlo todo. Luego recibía las correcciones en el boceto. No se si había un pre-boceto de idea, y luego el boceto para que vieran la portada como quedaría. Este último ya era una portada acabada, pero le venía con las correcciones y entonces tenía que hacer el original. Suma todo el tiempo. ¿A cuanto le saldría? En Bastei para Alemania a mí no me exigían tanto. Mi estilo de dibujo no es tan pulido. Soy más expresivo y espontáneo, más europeo, más impresionista.
Mi habilidad y defensa es que soy rápido dibujando. Esto es una ventaja. Debido a esto la cosa quedaba compensada trabajando para Vértice.
Roy Tiger dibujado por el autor para Bastei en 1968.
-Te enviaban la portada original y la primera página del cómic. ¿Con sólo eso ya creabas una portada diferente?
Es que no me daban ni las muestras del cómic americano para saber el color que les correspondía a los personajes. Este cómic se recibía en color pero a mí me daban una fotocopia de la portada y portadilla. ¡En blanco y negro! Tenía que imaginar el color del personaje. De los primeros me guié por las portadas de Enric. Por ejemplo llegue a pintar la armadura de hierro del Doctor Muerte como si fuera de metal de color amarillo o a Red Sonja rubia. Para los cromos de Cropan sí que los exigí, porque eran muchos personajes que yo no conocía. Me los dieron pegados en hojas y los usé para referencias. Aún los conservo.
-Se que dependiendo de tu estado de ánimo te gustaba dibujar más a un héroe que a otro. Aunque las alitas de la cabeza y el escudo de El Capitán América te llevaban por el camino de la amargura. Sin embargo Conan era uno de tus favoritos, ¿Por qué?
Conan presentaba unos enfoques y posturas más bizarras. Se acercaba más a mi forma de trabajar. En cambio los otros con los detallitos en los trajes tan ceñidos, etc... Me obligaban a condensar más el dibujo, a apretarlo más... Que si el escudo del Capitán América con los circulitos dentro y la estrellita. Esto quieras que no en la perspectiva costaba un poquito. No mucho, pero es entretenido en una palabra. Y me daba rabia. Yo nervioso me tenía que parar a dibujar esto cuando ya habría dibujado 4 de Conan. El Spiderman otro tanto.
Dos ilustraciones de Conan obra del autor.
-¿Hacías varias a la vez? ¿Cuantas podías realizar a la semana?
Depende de los encargos. Normalmente 4 o 5 a la semana variando los personajes. Si abundaba por ejemplo el verde si que lo aprovechaba. Las dibujaba primero y les daba el verde. Luego venían los acabados a parte y por separado. Cada una la empezaba y acababa. Los primeros toques los podía hacer un poquito en serie. Creo que todo el mundo habría hecho igual.
-¿Te censuraban algo de las portadas?
No, no hubo censura. Lo único que no se podía hacer espectáculo de sangre. La sangre, como en las películas de terror, no podía aparecer. De hecho, ni en Inglaterra lo permitían, pero esa situación cambió al poco tiempo.
-La verdad es que creaste todo un sello o marca Editorial que perdura en la memoria de los lectores que siguen buscando esos pequeños tacos Vértice. Cosa que particularmente sólo entiendo que se haga por tus portadas porque el interior totalmente remontado dejaba mucho que desear. He leído que a parte de omitir planchas enteras habían llegado a cambiar algún final para hacerlo más feliz. ¿Sabías tu eso en aquella época?
No. Que hicieran esas triquiñuelas no. Lo que si se es lo de los parches y arreglos para ajustar las viñetas. El cómic acabado no lo recibía y tampoco lo compraba en el quiosco. Mi visión estaba en las portadas. El cómic lo tenía apartado, y no es que no me gustara pues siempre lo ha hecho, es que simplemente estaba en otra fase.
-En los 16 años que duro Vértice realizaste más de 2500 portadas heroicas además de algunas del género de terror. ¿Qué ocurrió con todo este material? ¿Lo conservas?
Todo lo que era Marvel no me lo devolvieron. Todo se lo quedó la editorial. Lo que era de terror sí que me lo quede. Eran cubiertas que yo luego presente en agencias para vender al extranjero. En estas me pagaron sólo derechos de publicación. Fue un trato que hicimos. Aun así algunas el editor las regaló a amigos suyos o alguien se las quedó. Los pósters no tengo ninguno. Incluso el de Phantom que era neutral y era mío, tampoco. No es momento de reclamaciones porque ya ha pasado mucho tiempo. Debí haber reclamado cuando la editorial quebró. Tampoco en aquella época no estaba muy claro que podíamos reclamar originales. Luego todo esto lo movió, creo, Carlos Giménez...
Y Victor Mora.
Sí, y corrió como la pólvora pero Vértice ya había quebrado...
Para Suecia dibujas Conny historias de una chica en el mundo de la equitación. En España aparecen portadas e historietas en publicaciones como Cimoc, Vampus, Escalofrío, Bruce Lee...
Portadas made in Espí de Conny.
Portadas de Morbo. Editorial Bruguera, año 1983. Eran portadas de sindicación pero esta vez el autor era él que tenía los derechos de publicación . Los vendió a la misma Vértice y al extranjero. En este caso se acabaron publicando en Bruguera.
¿Por qué crees que siempre se ha valorado más artísticamente y monetariamente el trabajo de un autor fuera de España?
En el caso de las publicaciones puede que sea el hecho de que se hagan fuera y no aquí.
No al principio, pero desde la crisis de los noventa que me he dado cuenta que la editorial en España funciona como un mercadillo. Lo siento por los editores, no lo digo despectivamente, sino como una realidad que esta ahí. Absorben material de editoriales extranjeras sea Marvel, DC o el manga y lo publican aquí de manera industrializada. ¿Qué ocurre cuando pasa esto? Llenan el mercado de publicaciones extranjeras, tú no te comes un rosco como autor. La editorial no te encarga nada. Esta situación es un poco aberrante en el sistema. No debería de ser así. Debería de haber un respeto por los autores nacionales como tienen otros países. No tienes editores que abran mercado, ni estilos de revista. No hay esa ilusión de editar obras y en el momento que no encuentras todo esto en tu país, recurres al extranjero, aunque también para expandirte. En esta manera esta más valorado. Tienes la opción de darte a conocer. Aquí no la tienes y no es que no te valoren, pero no hay esa opción... Aunque a decir verdad últimamente he visto que Marvel contrata a dibujantes españoles para dar continuidad a sus series de S.H que más tarde se editan en España, pero claro, no son editores españoles. .
-A veces se da la paradoja que una editorial extranjera publica la obra de un autor español y luego la editorial española compra los derechos...
Hay concepto de mercadillo. Compro y vendo. No hay creatividad.
OTROS TRABAJOS:
Cómic de 15 números que adaptaba Lawrence de Arabia. Realizado integramente por Espí en el año 1965. Tambien se encargó del diseño del comic, cabecera, presentación, etc. Más información aquí.
CONTINUARÁ