Cuando somos pequeños nos gustan los cromitos. Es una atracción hipnótica, y siempre hay una serie o personaje susceptible de hacer una colección. Y de álbumes hay o mejor dicho había de una diversidad increíble.
Ese placer efímero de abrir rápidamente los sobres y ver si no te habían salido los temidos repetidos, ese cambiar los cromos con tus amiguetes con el típico tengui, tengui, tengui, ¡falti!. Todos lo hemos hecho alguna vez... confesadlo!. Los niños de hoy en día aunque son niños menos tiempo también lo han hecho solo que con los de las ligas de fútbol como antaño o los “sigh” Pokemons y demás coloristas dibujos ( y digo “sigh” por que para mi Pokemon son unos dibujos flojísimos destinados a sacar muñequitos sin parar de un dudoso diseño de “ostia hoy tengo que entregar 10 nuevos modelos y solo me quedan diez minutos”).
Volviendo atrás, luego venían los últimos cromos, esos que nunca salían, y tenías que recurrir a pedirlos a la editorial para así poder completar el ya arrugado (en la mayoría de casos) álbum. Pero. ¿Qué pasaba cuando se completaba?. Pues que se olvidaba por ahí, y pronto habría otra serie que lo sustituiría. Muchos años después unos seres llamados Madres en el peor de los casos los tiraban a la basura, o incluso nosotros mismos al “hacernos mayores”, y muuuchos años después añoraríamos esos álbumes completos o casi, y descubriríamos con horror que con el paso del tiempo tenían un valor monetario importante a la par que nostálgico. Antes he dicho “en el peor de los casos” pero la verdad es que hay cosas peores.. Una vez vi un álbum completo de la primera película de Superman en la que el dueño niño de por aquel entonces se había dedicado a pintarle bigotillo con boli a lo Charlot a todos los cromos en que salía Superman. ¡Ole!¡Con un par!.
Ahora evidentemente todo es más rápido. En el mercado de San Antonio de Barcelona se pueden comprar esos cromos que te faltan o cambiarlos por las esquinas como narcotraficantes con su preciada mercancía. Incluso hay paradas donde venden los álbumes actuales completos (aparte se pueden conseguir colecciones antiguas) aunque ello priva de ese placer antes mencionado a los niños... Y que carajo no tan niños, que yo mismo he acompañado por las esquinas del mercao a un amigo con los huevos ya negros y una listita de cromos de Star Wars pa no tener que comprarlos...
En la foto cromitos míticos ¡hasta de la desaparecida Editorial Vertice!