Mike Butterworth creador, novelista y editor de la revista Valentine y otras, escribió lo siguiente en la introducción del libro “Cuando el Cómic es Arte” (Toutain, 1978) : (...) Es muy posible que Pepe todavía se equivoque de nota alguna vez pero, cómo sino podría introducirse como él hace, sin temor a pisar en falso, en nuevas e improvisadas soluciones y en unos niveles de la ilustración y el cómic a los que ningún dibujante de historieta ha llegado jamás.
Pepe es un creador. Un innovador. Su arte posee ese dinamismo que sale de adentro.. Que atrae.
PEPE de Carlos Gímenez. Tomo 4.
Impactante portada del tomo 4 pero con el sello Panini Comics encima de la firma del autor. ¿No había otro lugar en la portada?
Esta es un obra insólita y uno de los mejores homenajes que se le podrían hacer a uno de los mejores dibujantes del mundo: Pepe González.
Este cuarto tomo ya no es tan divertido como los anteriores, aunque siga teniendo esos momentos chispeantes y atípicos de la vida de Pepe. Es más triste, melancólico, ya que se acerca el final de la vida del autor y se vislumbra que no fueron sus mejores momentos por la forma que tuvo de vivir la vida sin preocuparse lo más mínimo por el futuro.
Carlos Gímenez nos ha hecho conocer una parte de como era la persona o al menos nos trasmite como la interpreta él. Conocemos a Pepe a través de los dibujantes y otras personas que le acompañaron en su vida laboral. Narra muchas situaciones diferentes e inconexas a veces, sin que nos aburramos y consiguiendo que leamos cada tomo de un tirón. Y eso teniendo en cuenta que a veces repite algunas situaciones. Todos los tomos son retazos de su asombrosa vida. Su modo de ser presenta historias y anécdotas sorprendentes que nos acercan a un poco al genio de este arte. Descubriremos a un Pepe: conformista, liante, amable, buena persona, generoso, descuidado, impresentable, maniático, sin ambiciones, gandul, artista en muchos ámbitos... Podría decirse que en algunos aspectos en concreto se podría parecer a otro de los grandes, Vázquez, aunque desde luego en lo de mujeriego, estaba claro que no.
Un artista al que no corresponde aplicar el tópico de “hecho a sí mismo” porque, en realidad, no ha dedicado ni una centésima parte del esfuerzo que han puesto otros dibujantes de su generación. No le ha hecho falta. Usando otra socorrida frase podríamos definirle como el artista generosamente dotado por la Naturaleza. Josep Toutain en “Cuando el cómic es arte”.
Curiosa publicación de la Editorial Garbo en 1976 recopilando los sugerentes chistes picantes de Pepe con su personaje Pamela
En este cuarto tomo asistimos al final de la época dorada de las revistas y del trabajo abundante. Los encargos escasean y Pepe esta sin un duro, pero una muñeca de plástico llamada Barbie, salvará al autor de la miseria, al menos de momento. Leyendo estos cómics de Carlos Giménez observamos que Toutain se preocupo mucho por Pepe.
Carlos Giménez nos cuenta como Toutain consiguió que Pepe González dibujara Barbie para Dinamarca. Una Editorial de allí encargo ilustrar cuentos a color de la famosa muñeca. El contrato era suculento pero había que conseguir que Pepe aceptase y no se cansase rápidamente por lo que le pusieron la ayuda de dos dibujantes. Dos dibujantes importantes que no son mencionados ni con seudónimo en el cómic pero que gracias a una entrevista sabemos quienes son.
Carlos Giménez nos cuenta como Toutain consiguió que Pepe González dibujara Barbie para Dinamarca. Una Editorial de allí encargo ilustrar cuentos a color de la famosa muñeca. El contrato era suculento pero había que conseguir que Pepe aceptase y no se cansase rápidamente por lo que le pusieron la ayuda de dos dibujantes. Dos dibujantes importantes que no son mencionados ni con seudónimo en el cómic pero que gracias a una entrevista sabemos quienes son.
Por eso me dirijo a Edmond Fernández Ripoll para completar la información al respecto:
-¿Para que editorial y país eran estas ilustraciones de la Barbie?
La editorial era Egmont y se publicó en todos los países del norte de Europa y muchos otros. También en España publicaron algunos de ellos.
-¿Cómo llegó el encargo hasta a ti y que te plantearon que tenias que hacer?
Yo había dibujado unas páginas para Toutain cuando dirigía “El Tebeo”, un dominical de El Periodico. Tiempo después me llamó y me dijo que tenia un trabajo para hacer en equipo. Se trataba de libros a color con ilustraciones de Barbie. Yo ya había dibujado también Sindy, que era una muñeca competencia de esta muñeca.
-En la realización de estas ilustraciones a parte de ti mismo y Pepe González, intervenía otro gran dibujante. ¿Quién era?
Era Manfred Sommer, un grandioso dibujante a quien conocí cuando yo era un crio de 16 años y mantuvimos esta amistad hasta que, desgraciadamente, desapareció. Fijate que, de los tres que hicimos este trabajo, tan solo quedo yo.
-¿Sabías que Toutain os puso a los dos para que Pepe González no se cansara y dejara de trabajar?
A mí me dijo que Pepe no podía con todo el trabajo y que debíamos hacerlo en equipo. Seguían el mismo sistema que utilizaban para hacer los libros de Disney.
-¿Cómo os organizabais el trabajo? ¿Lo hacías los tres juntos físicamente?
No, Pepe trabajaba en Selecciones y Manfred vivía en Murcia, desde donde mandaba los dibujos a lápiz. Sommer solo podía hacer un libro a lápiz al mes y yo entre, en principio, para hacer otro. Tenían treinta páginas de ilustraciones, la mayoría a doble página. Yo trabajaba en mi casa.
-¿Conociste personalmente a Pepe González?
Naturalmente nos veíamos cuando yo llevaba mis páginas a lápiz, que el calcaba en papel Canson para después poner el color que hacia un especialista con aerógrafo, y terminarlo Pepe con lápices y rotuladores.
La hacíamos tres dibujantes que parece imposible que la hiciéramos juntos y Burgos que no era dibujante y ponía el color a pistola. Entre nosotros cuatro era un trabajo de equipo. Sommer y yo hacíamos los lápices. Burgos daba el color a pistola (aerógrafo) que es el sistema que empleaban para dar color a todos los cuentos de Disney. Y Pepe González terminaba los dibujos con lápices de colores y rotuladores, cosa que también hice yo. Ahora igual con el ordenador habrá cambiado. De cualquier película de Disney hacían todos los cuentos aquí. De la anterior entrevista.
-En el cómic de Pepe se menciona que se podía ganar un millón o dos al mes. ¿Sabes si esto era así?
No ganaba tanto pero gané mucho dinero, pues al cabo de un tiempo tuve que hacer los dos libros a lápiz y terminar también muchos de los acabados en color. Nos pagaban 30.000 pesetas por ilustración a repartir en tres partes: una para el lápiz, otra para el color en aerógrafo y la tercera para el acabado en lápices.
-¿Cuántas ilustraciones de Barbies podías llegar a dibujar al mes?
Yo había llegado a dibujar dos libros al mes, o sea sesenta ilustraciones a lápiz, y además también terminé muchas en lápices a color. Yo he sido siempre muy rápido y no sabia que Pepe no quería hacer más. Creía que tenia algún otro trabajo.
-¿Duró mucho esta época?
Unos dos años e hicimos más de cincuenta libros.
-Eran quisquillosos con las ilustraciones, o sea os hacían cambiar cosas, posturas etc... ¿Cuál era el método? ¿Tenías libertad en las ilustraciones?, ¿Hacías los que se te ocurría?
Eran unos verdaderos... Nos hacían cambiar muchas de las ilustraciones a lápiz por tonterías. Si Barbie estaba a la izquierda, en un caballo, la hacían poner a la derecha y tenias que repetir el dibujo. A pesar de tantos cambios, pues de treinta dibujos nos hacían cambiar a veces diez, ganábamos dinero.
Y es que a pesar de las putadas que te hacían al cabo del mes, ni para Inglaterra, ni en ningún sitio he ganado tanto, porque yo soy muy rápido y hacia un montón de dibujos. Hasta Sommer decía “mi futuro es la Barbie”. A Pepe González le iba más por que las chicas siempre han sido lo suyo.
Muchas gracias por contestar a estas preguntas y aportar los dibujos de Barbie que acompañan este artículo. Todos los dibujos de Barbie los dibujó Edmond a lápiz e incluso en algunos terminó él mismo el color. La portada del caballo que acompaña este artículo la terminó Pepe.