Primerizos trabajos de Francisco Ibáñez en Alex

Los inicios de Ibáñez

Enric Badia Romero ha sido siempre inquieto y muy dedicado al mundo del 9º arte. En el lejano 1955 y con tan solo 25 años se lanzó a la publicación de una revista de cómics que de no ser por el fallido factor económico podría haber sido toda una revista histórica en este medio.

Después del éxito de sus cursos de dibujo pensó en realizar una revista como el creía ideal, o sea dedicada a los seguidores y aficionados del cómic. La revista se llamo Alex, en homenaje al admirado Alex Raymond.
Romero consiguió reunir para esta a verdaderos ases del dibujo como Emilio Freixas, Longaron, Coll, Florencio Clave, Jorge (hermano de Romero) y Daniel Monzón entre otros. Muchos burlaron el contrato en exclusiva que tenían con otras editoriales, animados por el proyecto.
La propaganda de Alex rezaba: “Estos y otros conocidos artistas españoles, vertirán en nuestras páginas, valiosos conocimientos profesionales en beneficio de sus futuros seguidores”
Y al pie de la primera página:
“La más destacada finalidad de esta colección Alex es facilitar el camino a todos aquellos aficionados al dibujo que, por ser desconocidos, encuentran dificultades para iniciar su carrera artística [...]

Penúltimo número de la revista de 1955

La revista Alex incluía cómic, artículos, relatos, mini entrevistas, e incluso los secretos para aprender a dibujar. Todo dedicado al 9º arte. El propio Romero colaboraba con algún relato, historieta y la maquetación de la revista.
La página central de la revista estaba dedicada a un tema en concreto donde los dibujantes realizaban algunos chistes gráficos, pues bien ahí podemos encontrar unos iniciales trabajos de Francisco Ibáñez para la misma.

Chistes gráficos del maestro Ibáñez a los 19 años en Alex nº 9

¿Que como consiguió Romero la colaboración del entonces desconocido Ibáñez?
Según palabras de Romero: En cuanto a Ibáñez, fuimos juntos al mismo colegio, aunque no sé si él lo recuerda. Para conseguir la colaboración de los dibujantes que aparecieron en ALEX, los visitaba personalmente para saber si podía contar con ellos. No recuerdo si pasaba yo a recoger sus trabajos, o me los traía él a mi estudio.

Pensar que en aquel entonces Internet era ciencia ficción, no había ni Salón del Cómic o sea que había que tirar de hilos y contactos...