¿Por qué a unos laboratorios farmacéuticos les dio por obsequiar a sus clientes durante ocho años con una publicación que era como un tebeo pero solo de humor gráfico y no muy relacionado con la medicina? No lo sabemos, pero fue una publicación curiosa.
Los laboratorios Fides, también conocidos como Laboratorios Martín Cuatrecasas, estuvieron presididos por Florenci Pujol Brugat en los años cincuenta, ya que había comprado bastantes acciones de esa empresa aunque los resultados económicos eran poco alentadores. Pero su hijo, un tal Jordi Pujol i Soley, que había estudiado medicina y era médico, entró como gerente en la empresa y persuadió a su padre para que invirtiera 50.000 pesetas de la época en la investigación de un nuevo producto que se llamaría Neobacitrín y que sería una de las primeros pomadas antibióticas de la historia de España. El Neobacitrín fue todo un éxito comercial durante más de sesenta años. ¿Quien sabe si al mucho después presidente de la Generalitat de Catalunya, a parte de otros hechos más turbios, le gustaba los tebeos o alguien de la dirección propició ese Club del Humor?
El humor de la revista era hijo de su tiempo. ¡Era el año 1967! Las mujeres jovencitas bellas y despampanantes, como objeto del deseo de hombres mayores o casados que pierden el oremus ante su visión, o chistes con comentarios machistas, que ahora nos chirrían o deberían hacerlo. También había espacio para el humor más blanco sobre las vacaciones, el trabajo, la cotidianidad, cosas de la vida… De Club del humor hasta aparecían números especiales por vacaciones y Navidad. La gentileza de Laboratorios Fides se terminó en 1975 tras haber editado unos ochenta números de la revista.
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