Ignacio Hernández Súñer (Iñigo) fue un gran dibujante en Bruguera y otras editoriales pero que pasó algo más desapercibido que otros autores y que con el tiempo, al no haber reediciones de su obra, queda injustamente algo olvidado. Iñigo dibujó a las mujeres más bonitas y sensuales que te puedas imaginar y al mismo tiempo que alegraba la vista de los lectores en unos tiempos en que el erotismo estaba prohibido, hacia reír a base de bien con las peripecias de estas. Su personaje estrella Lola (1962) es el mejor ejemplo de ello. Pocas veces la atracción por una chica ha dado resultados tan divertidos. Ver estas tiras, por que la mayoría eran mudas, aún hoy en día provocan sonrisas.
Bruguera en los sesenta y setenta le encargó varias series con parejitas mas o menos al estilo de Ángel Nadal, pero el autor las fue llevando a su estilo propio. Así nacen Lali y su pandilla, Robertito y Elisenda, una pareja estupenda; Heliodoro y Robertita, una feliz parejita; Chelito y Marisita, ambas con su parejita.
Parejas con sus problemas cotidianos y de comunicación, como la que nos acompaña en esta entrada, Mari-pili y Leopoldino un matrimonio muy fino. En esta historieta aparecida en el Din Dan Almanaque de 1972, el marido invita por Navidad para quedar bien a su jefe a la casa rural de su tía Genoveva…
Uno de los personajes más conocidos y entrañables de Iñigo en las publicaciones de Bruguera fue Trotamundo, un simpático vagabundo que iba acompañado de su inteligente perro Chispa por estos mundos de Dios.
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