En 1986 la editorial Bruguera cerraba sus puertas definitivamente. Algunos personajes bruguerianos estarían unos pocos años sin asomar por los kioscos de España, antes de su definitivo destierro total. En ese periodo de cierre de un montón de tebeos juveniles de humor, aparecieron algunas editoriales que lanzaron nuevas revistas semanales de cómics y algunas con buena calidad de contenidos como la revista Guai! de Grijalbo Editorial y otras de menos duración y éxito pero que intentaban continuar esa tradición de tebeo semanal de humor. Ahí estaban Jauja de Ediciones Druida, aunque cuatro años antes de la caída de Bruguera y que solo duró 12 números. La revista Garibolo de Compañía General de Ediciones (CGE) se publicaba justo después de la caída del gigante editorial Bruguera e imitando a sus revistas con personajes que eran a menudo trasunto de los creados allí y por los mismos autores. En Garibolo destacaba con su dibujo moderno el arte de Ramón María Casanyes con la serie Paco Tecla y Lafayette. En asociación con la Editorial Intermagen, propiedad del gran dibujante Josep Maria Beà, nació en 1986 uno de los tebeos más extraños: Bichos.
Arriba póster que se completaba con los primeros 4 números de la revista
La revista se forjó dentro de Bruguera y salió publicado un solo número titulado Montruos & CO antes de cerrar la editorial. El proyecto siguió adelante con el nombre de Bichos en manos de la dirección de Josep Maria Beà con su editorial Intermagen aunque a los pocos números el autor y su editorial se desvincularon pasando la dirección a manos de Montserrat Vives Malondro.
Bichos era una revista protagonizada enteramente por eso, bichos y monstruos de todo tipo, pero de aspecto simpático y vistoso para los niños. Es sabido que los niños se sienten atraídos por los monstruos, ahí estaban el éxito de pasados álbumes de cromos como Monstruoso, Otros Mundos o La Pandilla Basura. Así que en 34 páginas semanales teníamos algunos personajes fijos de lo más estrambótico junto a otras historietas auto conclusivas, pósters por partes, tiras, humor gráfico, pasatiempos, correo de lectores, pequeños juegos de mesa en cartoncitos con los personajes… Bichos presentaba también unas portadas que se salían de lo habitual.
Josep Maria Beà está considerado uno de los grandes historietistas de este país, ha creado cómics de terror, ciencia ficción, humor, policíaco, erótico, juvenil e infantil etc... Beà es lo que se dice un artista completo pues ha sido guionista, dibujante, editor, ilustrador, empresario, novelista, publicista, y hasta cantante en el grupo Los Dálmatas con José González. Johnny galaxia con guión de Blay Navarro fue uno de los primeros cómics en venderse al extranjero dibujado por Beà a través de Selecciones Ilustradas. Colaboró con sus dibujos en las innovadoras revistas Nueva Dimensión y Drácula. Fue uno de los primeros dibujantes españoles que publicó sus propios guiones en la Editorial americana Warren, amén claro está de dibujos y portadas. Sus obras en cómic son potentes relatos de ciencia ficción como Historias de la Taberna Galáctica o más filosóficas y surrealistas como En un lugar de la mente, en las que el autor da su visión del futuro humano. Otras importantes trabajos fueron la Esfera Cúbica, la muralla y Siete vidas. Entre otros géneros, dominó el cómic de terror pero sus estilos de dibujo son variados y cambiantes, ahí lo descubrimos con más de doce seudónimos Valls, Norton, Pere Calsina, Vic, Sánchez Zamora... creando historias más erótico jocosas, humorísticas o mundanas. Josep Maria Beà también fundó su propia editorial, Intermagen, en los ochenta y de allí salieron revistas como Caníbal, Gatopato, La técnica del cómic o está Bichos que repasamos aquí. Junto al dibujante Jaime Martín montaron Digital Art de producción de diseño multimedia durante los primeros años de esta revolución informática y siendo de los primeros tuvieron trabajo de sobras. Como él mismo afirmó en una entrevista ahora aquellos trabajos los hace cualquier sobrino del editor o el propio editor.
Páginas de Beà para la revista
El autor siempre ha experimentado a nivel narrativo y gráfico en sus cómics con dosis elevadas de surrealismo. Una vez el dibujante Will Eisner afirmó: "Josep Maria Beà es uno de esos grandes autores que por sus peculiaridades estilísticas y narrativas destacan netamente del resto. Leer sus obras, una, dos y tres veces garantiza el descubrimiento de nuevos rincones del maravilloso mundo de los sueños y la fantasía” Esto es así y su arte en el cómic es increíblemente variable. En la revista Bichos a parte de dirigirla, deja su impronta con sus particulares ilustraciones de seres de otros mundos que nos recuerdan aquellos seres de su Historias de la Taberna Galáctica y de algunas historietas cortas.
Al cierre de este artículo ha sido lamentablemente imposible que Beà nos diera su opinión y conteste algunas preguntas sobre su editorial Intermagen y la revista Bichos. El autor afirmó en una entrevista que su principal activo al formar la editorial Intermagen era ser varios dibujantes a la vez con diferentes estilos y seudónimos. En cuatro largos años dirigió la revista Rambla, realizó los álbumes la esfera cubica, la Muralla y Siete vidas. Además de dirigir este tebeo infantil Bichos, también estaba al frente de Caníbal , Gatopato y el libro teórico La Técnica del cómic. Posiblemente por toda esta carga de trabajo dejó muy pronto la dirección de la revista Bichos. También pudo ser por la crisis que vio venir. En una entrevista en Barcelona revista Breve afirmó lo siguiente: “Publiqué la revista Rambla, en la que participaba gente como Carlos Giménez. Llegamos a hacer tiradas de 80.000 ejemplares, pero en 1985 cayó todo en picado. Nos había hecho mucho daño haber dejado de hacer viñetas para pasar a hacer, como decía Umberto Eco, pictogramas secuenciales de base aleatoria. Eso nos llevó a hacer rarezas y quitarle al tebeo su carácter popular. A algunos les funcionó la fórmula, pero no duró.”
Bichos tan solo duró 43 números, que no son pocos en aquellos duros años de cambio de mercado y de gusto de la chavalería. Durante poco más de un año entretuvo a muchos niños con aquellos colores brillantes y monstruos horripilantes pero amables y divertidos y sirvió para que continuaran autores consagrados y emergieron nuevos talentos del 9º arte que luego han seguido en este ámbito u otros parecidos. El plantel del tebeo era importante: Cubero, Beá, Miguel, L´Avi, Jaime Martín, Soler, Majoral… Y a toda esta plantilla se unió más tarde el gran Vázquez con su eterno Gu-Gú y otros chistes monstruosos e ilustraciones que fue incluyendo la revista.
Aunque Bichos fue una buena apuesta innovadora en el contenido, la aventura solo llego hasta el número 43 y en su última etapa incluyó el cómic Inspector Gadget que poco tenía que ver con el espíritu de la revista.
PERSONAJES DE LA REVISTA
DINO Y SAURIO de Cubero: Eran dos lagartijas tan gamberras como Zipi y Zape. Cubero (Josep Cubero Valero) creó esta serie fija, aparte de algunas tiras y algún que otro completo como pósters en la revista Bichos. Cubero fue un artista todo terreno y muy ligado en la etapa del TBO 2000. El dibujante desde los años cincuenta estuvo en casi todas las editoriales incluida Bruguera, en la que incluso dibujó historias apócrifas de Mortadelo y Filemón. Cubero creo más de treinta personajes propios en diferentes editoriales y además era un muy buen caricaturista y así lo demostraba cuando dibujaba actores y personajes de la televisión.
Páginas de Cubero
SERPENMAN de Majoral: Como su nombre indica una serpiente al estilo Superman que salvaba al inocente en tres páginas semanales. Ignasi Majoral era el creador de este personaje, junto a otras historietas como Tito Cancha, Utigk el explorador, para la revista. Majoral publicó historietas en el mercado internacional y en los cómics Disney como Le Journal de Mickey y para la revista Fix und Foxi de Alemania. En España sus historietas se vieron también en Pulgarcito, el Cuervo, Chucho Larguirucho.
Pegatinas de regalo en la revista
Serpenman de Majoral
TROMPETILLO de Soler: Un bicho que intentaba ayudar a otros en apuros con nefastos resultados y ademas Trompetillo si se pone nervioso explota… Una creación del guionista L´Avi y el dibujante Soler (Richard Soler Amador). El autor empezó como ayudante en la redacción de Bruguera, publicó en el TBO, DDT, el Patufet, El Cuervo.... Durante los setenta simultáneo cómic infantil, erótico humorístico, publicando en revistas alternativas como Butifarra y el Papus. Soler ha publicado también en prensa y realizado cómics promocionales de diversas poblaciones. Muchas historietas han sido en colaboración con el guionista L´Avi y aún sigue activo en revistas como Amaníaco.
LOS GRUB de Domènec. Unos marcianos fueron los culpables de llenar el planeta de especuladores, prestamistas, dibujantes y demás alimañas, y ahora varios años millones de años después de su intento de conquista de la Tierra vuelven al ataque. Fue una obra de Domènec. Poco se sabe de este dibujante que colaboró en Bruguera y en Ediciones B series como El Vecino de Abajo, El Futuro Es Ayer, Los problemas de Danielito, De Película, y Tío, Catalino Lumiere, son las pocas obras que nos dejó.
GU-GÜ de Vázquez. Pocos lectores no habrán leido nunca una historieta de Anacleto agente secreto, Angel Siseñor, la abuelita Paz, los casos del inspector Yes, o la familia Cebolleta, entre muchas muchas otras. Vázquez realizó las últimas historias de este bebe llamado Gu-Gú en esta revista en unas muy grandes viñetas, llenando varias páginas, quién sabe si para cobrar más. Un bebe que solo dice Gu Gu, que se desplaza en una especie de caparazón de tortuga dando botes, y metiendose en las más estrambóticas aventuras. Vázquez desplegó su creatividad y estilo visual al máximo. Angelito (rebautizado más tarde como Gu Gú) podía coger un lápiz dibujar algo en la pared y este dibujo cobrar vida, ir al bosque y luchar contra árboles también vivos, gusanos, maleantes..... Todo lo inesperado y surrealista podía pasar en su pagina desde que fue creado en 1964 para la revista DDT. Al principio el niño tenía más mala leche pero se fue suavizando. También realizó para Bichos multitud de chistes gráficos con monstruos y varias portadas.
SPRUGI de Siscu Bellido. Otro de los personajes de la revista dibujado con 16 años por Siscu Bellido en formato tira. Un monstruito que tenía mayormente en la cabeza la idea de suicidarse, eran otros tiempos en las revistas infantiles. El dibujante barcelonés estuvo colaborando en multitud revistas infantiles, juveniles y para adultos en la década de los ochenta y noventa e incluso más tarde montó con dos amigos una tienda de cómics llamada Perra Cómics entre 1999 y 2012. Por un tiempo Bellido se alejó del mundo del cómic creando y desarrollado personajes de animación, juegos de mesa, además de fondos y diseños para videojuegos. Sus ilustraciones se han visto en juegos de mesa como Dragones y Gallinas (2016). El año pasado publicó con guión de L´Avi el cómic La sonrisa de Greta editado por Panini.
SUSTÓN de Jaime Martín: Un bicho con larga nariz que siente placer asustando a la gente. Jaime Martín creaba a este tipo que cuando no asustaba lo veíamos buscándose la vida o en situaciones cotidianas con resultados nefastos para él. Jaime Martín realizó muchas páginas para la revista Bichos entre historietas sin personaje fijo y tiras cómicas, podría decirse que la revista le sirvió para irse fogueando en este arte, ya que empezó a publicar en esta y en Caníbal de Josep Maria Beà. Después publicó en Humor a Tope de Norma Editorial y en Ediciones B en la revista Pulgarcito en 1987. En ese año da el salto a la revista el Víbora creando series de carácter costumbrista, personales, de crítica social o del pasado reciente, que van haciéndose populares: Sangre de Barrio, Los Primos del Parque, La memoria oscura e Infierno. Jaime Martín fue profesor en la escuela Joso. Después del cierre de la revista el Víbora y ante la imposibilidad de publicar aquí da el salto al mercado franco-belga a través de la editorial Dupuis. Sus últimos trabajos han sido Las guerras silenciosas y Jamás tendré 20 años.
- Bichos fue un tebeo dirigido por Josep María Beà en sus primeros números, aunque después dejó su dirección. ¿Cómo te proponen esta extraña revista?
Yo conocía a Beà, de llevarle páginas cuando dirigía la revista Rambla. Seguimos en contacto y, cuando creó la revista caníbal, colaboré con un par de tiras. la revista cerró y empezó el proyecto Bichos. Me llamó y me propuso escoger algunos de los personajes que él había creado para la revista. Me quedé con Sustón. A parte de las historias de Sustón, que me lo pasaba estupendamente guionizando y dibujando, también hice chistes, tiras, medias páginas y algún pasatiempo. También creé mi propio personaje, Simplonato. Estaba inspirado en un personaje real, que trabajaba en un taller mecánico, cerca de mi casa.
- ¿Te resultaba difícil o poco agradable crear tantas páginas semanales con variados monstruos?
Lo cierto es que no. Me lo pasé muy bien y todo fluía con facilidad. Yo siempre fui aficionado al cine de terror y, en cierta medida, aquello era un producto primo hermano. Recuerdo escribir muchos guiones estando de excursión en la montaña, con los colegas, hasta arriba de canutos. Tenía 19 años.
-¿ Qué recuerdos tienes de esta colaboración a nivel personal o de contacto con otros dibujantes?
No recuerdo contacto con otros dibujantes salvo Francisco Bellido y Miguel Francisco, que eran de mi edad y solíamos salir de birras de vez en cuando.
-¿Te sirvió esta experiencia Bichera?
Por supuesto. Eran entregas semanales y, en un momento dado, mi colaboración se multiplicó, por lo que adquirí una gran disciplina. Podía ser un fiestero y un fumeta, pero nunca entregué un trabajo fuera de plazo. Y así ha seguido siendo más de treinta años después.
-¿Por qué crees que acabó desapareciendo esta revista infantil y juvenil y otras muchas como esta?
No tengo ni idea. En aquella época era muy joven y estaba aprendiendo todo lo referente al oficio. De todas formas, siempre se dijo que en España no existía una tradición de cómic infantil juvenil, como en otros países de Europa.
EL GENERAL DONOSO, CRAP, DENTILLO, BIG BANG de Miguel.
Miguel Francisco Moreno entró en Bruguera en 1984 y junto al guionista Jesús de Cos parieron diversas series como Ricky y Los Desahuciados, y Billy Roca, y ya en ediciones B continuó alguna de estas series, pero creando también otras como Fernández, una de fantasía heroica en clave de humor. También colaboró en esta etapa en Bichos creando multitud de personajes y páginas, pero destacando por encima de todas Big Bang por tener un guión de Jesús de Cos que le daba más nivel unido al brillante y moderno dibujo de Miguel. La historieta estaba protagonizada por seres humanos que viven aventuras espaciales, con claro está, marcianos por el medio. El autor también publicó en revistas de corte erótico festivo firmando como Mikael. Después sus lectores le perdimos la pista cuando estas revistas fueron desapareciendo y es que pasó al mundo de la publicidad, de ilustrador y creativo para estudios como Mariscal, Cromosoma, o Afilm Dinamarca. Fundó su propia empresa de animación con Jesús de Cos: Bee Mind. Emigró a Finlandia en 2008 y siguió su carrera de animador y diseñador de personajes de videojuegos. Él ha creado la mayoría de Angry Birds. Recientemente volvió al cómic con Espacios en Blanco .
-Bichos fue un tebeo dirigido por Josep María Beá en sus primeros números, aunque después dejó su dirección. ¿Cómo te proponen trabajar en esta extraña revista?
Comencé a trabajar en Bichos porque yo ya estaba colaborando con Beà en su Gatopato y en algunas revista eróticas que Beà hacía para Ediciones Iru. Al poco de comenzar a trabajar para él, me ofreció seguir dibujando páginas de cómic y además, estar en su estudio echando un cable en el montaje de la revista Bichos y esas cosas que se hacían antes de que hubiera ordenadores. De hecho, unos cuantos cientos de páginas de diferentes autores pasaron por mis manos para dar las indicaciones de color a los grabadores. Poníamos un papel vegetal encima de los originales, pintábamos encima con lápices de colores y añadíamos indicaciones de los colores pantone que debían usar.
-¿Conocías a Beà? ¿Sabes por qué dejó esta revista pasando a ser dirigida por Montse Vives?
Sí, nos conocimos cuando yo tenía 16 o 17 años y aún conservamos la amistad. La última vez que nos vimos fue en una charla que hice el año pasado sobre mi libro, él quizás no lo sepa pero es uno de los engranajes principales en mi vida profesional. Ese tipo de gente que te hace amar la profesión.
No se exactamente por qué dejó la revista en manos de Montse, quizás deberíais preguntarle a él, yo era un tierno infante y no me enteraba de los tejemanejes de la industria.
-¿En esta nueva editorial Compañía General de Ediciones (CGE) se trabajaba diferente que en Bruguera, a nivel de libertad, reuniones con los autores?
Se trabajaba completamente diferente, sobretodo porque cobrábamos al entregar las páginas, lo que lo convertía en una rara avis en aquella época y más aún en esta. Hay que decir que se cobraba de aquella manera por una plantada de los dibujantes. Nos pusimos de acuerdo y exigimos el cobro en metálico al entregar las páginas.
En el fondo el sistema era el de siempre, hacías tus páginas, las cobrabas, volvías a casa, hacías más... y así en loop. Quizás había reuniones, no sabría decirte, yo lo máximo que viví fueron las típicas charlas con el editor al entregar las páginas, poco más.
-¿Te resultaba difícil o poco agradable crear tantas páginas semanales con variados monstruos?
Me pareció divertido al principio, pero a los pocos números me aburría terriblemente, de hecho no estuve mucho tiempo trabajando en esa revista. Me pareció muy divertido al principio, en el periodo en el que trabajaba en el estudio con Beà y Marian pero después en la época de CGE fue diferente.
-¿ Qué recuerdos tienes de esta colaboración a nivel personal o de contacto con otros dibujantes? ¿Conociste a Vázquez que fue uno de los últimos en entrar?
Tengo grandes recuerdos de aquella época. Me permitió conocer a dibujantes con los que llegué a tener amistad que aún conservo y a muchos otros con los que he seguido trabajando, a veces en otras revistas o encontrándonos en diferentes estudios de animación o de publicidad.
Sí, conocí a Vázquez cuando comenzamos Garibolo porque él fue el director de la revista. Coincidimos de vez en cuando en la redacción de CGE pero nunca tuvimos nada cercano a la amistad. Sólo una relación estrictamente profesional: yo entregaba mis páginas, nos fumábamos un canuto juntos y nos echábamos unas risas. Poco más, pero lo suficiente y satisfactorio en una relación dibujante / director.
-¿Te sirvió esta experiencia Bichera?
Todas las experiencias sirven para algo. Mi experiencia en Bichos me sirvió en su primera época para aprender muchas cosas de Beà (aunque luego no se reflejen en mis tebeos) Después de aquello, lo cierto es que no me sirvió de mucho, fueron páginas meramente alimenticias y que dejé de hacer lo antes que pude.
-¿Porque crees que acabó desapareciendo esta revista infantil y juvenil y otras muchas como esta?
Bueno, creo que estas en particular, Bichos y Garibolo, cerraron por aburrimiento del dueño, que era el hijo de los marqueses de Urquijo y al que un día se le cruzaron los cables, decidió meterse en el negocio editorial y, tiempo después con un nuevo cruce de cables pensó que sería mejor dejarlo. Capricho arriba, capricho abajo, marqueses o no, lo cierto es que todas aquellas revistas cerraron por bajadas de ventas, pero sigo creyendo que fueron provocadas no solo por el cambio de gustos en el entretenimiento en niños y adolescentes, sino por una continuidad en el estilo de Bruguera que se había comprobado ya en los 80 que era una fórmula caduca y que no funcionaba. En los 80, Bruguera continuaba ofreciendo a los niños tebeos que se habían creado en los años 40 o 50, que hablaban con unos giros lingüísticos que ya nadie usaba y unas temáticas que no podían “calar” entre los críos. Las siguientes revistas que se crearon tras el cierre de Bruguera continuaron con el mismo estilo, añadiendo cosas modernas, es cierto, pero siempre bajo fórmulas idénticas a la escuela Bruguera excepto algunos casos como SuperLópez y algún otro. El manga asomaba tras el horizonte con temas y fórmulas completamente diferentes que funcionaban perfectamente y vendían muy bien, pero en cambio el tebeo infantil no supo adaptarse y eso fue culpa tanto de los editores que no supieron ver más allá de estilos similares a Bruguera, como de los autores que nos limitamos a hacer lo que nos pedían, cobrar y rezar para que la revista no cerrará demasiado pronto. Y esto no es algo que se limitara a la época de Bichos o Garibolo, porque durante el período de Ediciones B continuó exactamente igual. Es cierto que se hicieron intentos de renovación y que muchos autores era increíblemente buenos, pero creo que la renovación de temas y estilos no fueron suficientes y además cuando se acometieron ya bastante tarde. Y aquí seguimos, echándole la culpa a los niños porque en lugar de leer se pusieron a jugar a videojuegos y sin asumir las responsabilidades de cada uno en el hundimiento de una industria que, como industria per se, existió tan solo en la buena época de Bruguera.
El resto, todo lo que hubo después del cierre de Bruguera, fue tan solo una continuación de su hundimiento. Un hundimiento lento de diferentes editoriales que repetían las mismas fórmulas que ya era evidente que no funcionaban. Vamos, que Bruguera cerró sus puertas en el 86 pero su verdadero hundimiento y desaparición fue a finales de los 90.
CURIOSIDADES BICHERAS:JAIME MARTÍN
HABLA DE LA REVISTA BICHOS:
Uno de los últimos trabajos de Jaime Martín
- Bichos fue un tebeo dirigido por Josep María Beà en sus primeros números, aunque después dejó su dirección. ¿Cómo te proponen esta extraña revista?
Yo conocía a Beà, de llevarle páginas cuando dirigía la revista Rambla. Seguimos en contacto y, cuando creó la revista caníbal, colaboré con un par de tiras. la revista cerró y empezó el proyecto Bichos. Me llamó y me propuso escoger algunos de los personajes que él había creado para la revista. Me quedé con Sustón. A parte de las historias de Sustón, que me lo pasaba estupendamente guionizando y dibujando, también hice chistes, tiras, medias páginas y algún pasatiempo. También creé mi propio personaje, Simplonato. Estaba inspirado en un personaje real, que trabajaba en un taller mecánico, cerca de mi casa.
- ¿Te resultaba difícil o poco agradable crear tantas páginas semanales con variados monstruos?
Lo cierto es que no. Me lo pasé muy bien y todo fluía con facilidad. Yo siempre fui aficionado al cine de terror y, en cierta medida, aquello era un producto primo hermano. Recuerdo escribir muchos guiones estando de excursión en la montaña, con los colegas, hasta arriba de canutos. Tenía 19 años.
-¿ Qué recuerdos tienes de esta colaboración a nivel personal o de contacto con otros dibujantes?
No recuerdo contacto con otros dibujantes salvo Francisco Bellido y Miguel Francisco, que eran de mi edad y solíamos salir de birras de vez en cuando.
-¿Te sirvió esta experiencia Bichera?
Por supuesto. Eran entregas semanales y, en un momento dado, mi colaboración se multiplicó, por lo que adquirí una gran disciplina. Podía ser un fiestero y un fumeta, pero nunca entregué un trabajo fuera de plazo. Y así ha seguido siendo más de treinta años después.
-¿Por qué crees que acabó desapareciendo esta revista infantil y juvenil y otras muchas como esta?
No tengo ni idea. En aquella época era muy joven y estaba aprendiendo todo lo referente al oficio. De todas formas, siempre se dijo que en España no existía una tradición de cómic infantil juvenil, como en otros países de Europa.
Miguel Francisco Moreno entró en Bruguera en 1984 y junto al guionista Jesús de Cos parieron diversas series como Ricky y Los Desahuciados, y Billy Roca, y ya en ediciones B continuó alguna de estas series, pero creando también otras como Fernández, una de fantasía heroica en clave de humor. También colaboró en esta etapa en Bichos creando multitud de personajes y páginas, pero destacando por encima de todas Big Bang por tener un guión de Jesús de Cos que le daba más nivel unido al brillante y moderno dibujo de Miguel. La historieta estaba protagonizada por seres humanos que viven aventuras espaciales, con claro está, marcianos por el medio. El autor también publicó en revistas de corte erótico festivo firmando como Mikael. Después sus lectores le perdimos la pista cuando estas revistas fueron desapareciendo y es que pasó al mundo de la publicidad, de ilustrador y creativo para estudios como Mariscal, Cromosoma, o Afilm Dinamarca. Fundó su propia empresa de animación con Jesús de Cos: Bee Mind. Emigró a Finlandia en 2008 y siguió su carrera de animador y diseñador de personajes de videojuegos. Él ha creado la mayoría de Angry Birds. Recientemente volvió al cómic con Espacios en Blanco .
MIGUEL FRANCISCO
HABLA DE LA REVISTA BICHOS
El retorno de Miguel en el mundo del cómic ha sido con Espacios en blanco
-Bichos fue un tebeo dirigido por Josep María Beá en sus primeros números, aunque después dejó su dirección. ¿Cómo te proponen trabajar en esta extraña revista?
Comencé a trabajar en Bichos porque yo ya estaba colaborando con Beà en su Gatopato y en algunas revista eróticas que Beà hacía para Ediciones Iru. Al poco de comenzar a trabajar para él, me ofreció seguir dibujando páginas de cómic y además, estar en su estudio echando un cable en el montaje de la revista Bichos y esas cosas que se hacían antes de que hubiera ordenadores. De hecho, unos cuantos cientos de páginas de diferentes autores pasaron por mis manos para dar las indicaciones de color a los grabadores. Poníamos un papel vegetal encima de los originales, pintábamos encima con lápices de colores y añadíamos indicaciones de los colores pantone que debían usar.
Sí, nos conocimos cuando yo tenía 16 o 17 años y aún conservamos la amistad. La última vez que nos vimos fue en una charla que hice el año pasado sobre mi libro, él quizás no lo sepa pero es uno de los engranajes principales en mi vida profesional. Ese tipo de gente que te hace amar la profesión.
No se exactamente por qué dejó la revista en manos de Montse, quizás deberíais preguntarle a él, yo era un tierno infante y no me enteraba de los tejemanejes de la industria.
-¿En esta nueva editorial Compañía General de Ediciones (CGE) se trabajaba diferente que en Bruguera, a nivel de libertad, reuniones con los autores?
Se trabajaba completamente diferente, sobretodo porque cobrábamos al entregar las páginas, lo que lo convertía en una rara avis en aquella época y más aún en esta. Hay que decir que se cobraba de aquella manera por una plantada de los dibujantes. Nos pusimos de acuerdo y exigimos el cobro en metálico al entregar las páginas.
En el fondo el sistema era el de siempre, hacías tus páginas, las cobrabas, volvías a casa, hacías más... y así en loop. Quizás había reuniones, no sabría decirte, yo lo máximo que viví fueron las típicas charlas con el editor al entregar las páginas, poco más.
-¿Te resultaba difícil o poco agradable crear tantas páginas semanales con variados monstruos?
Me pareció divertido al principio, pero a los pocos números me aburría terriblemente, de hecho no estuve mucho tiempo trabajando en esa revista. Me pareció muy divertido al principio, en el periodo en el que trabajaba en el estudio con Beà y Marian pero después en la época de CGE fue diferente.
-¿ Qué recuerdos tienes de esta colaboración a nivel personal o de contacto con otros dibujantes? ¿Conociste a Vázquez que fue uno de los últimos en entrar?
Tengo grandes recuerdos de aquella época. Me permitió conocer a dibujantes con los que llegué a tener amistad que aún conservo y a muchos otros con los que he seguido trabajando, a veces en otras revistas o encontrándonos en diferentes estudios de animación o de publicidad.
Sí, conocí a Vázquez cuando comenzamos Garibolo porque él fue el director de la revista. Coincidimos de vez en cuando en la redacción de CGE pero nunca tuvimos nada cercano a la amistad. Sólo una relación estrictamente profesional: yo entregaba mis páginas, nos fumábamos un canuto juntos y nos echábamos unas risas. Poco más, pero lo suficiente y satisfactorio en una relación dibujante / director.
-¿Te sirvió esta experiencia Bichera?
Todas las experiencias sirven para algo. Mi experiencia en Bichos me sirvió en su primera época para aprender muchas cosas de Beà (aunque luego no se reflejen en mis tebeos) Después de aquello, lo cierto es que no me sirvió de mucho, fueron páginas meramente alimenticias y que dejé de hacer lo antes que pude.
-¿Porque crees que acabó desapareciendo esta revista infantil y juvenil y otras muchas como esta?
Bueno, creo que estas en particular, Bichos y Garibolo, cerraron por aburrimiento del dueño, que era el hijo de los marqueses de Urquijo y al que un día se le cruzaron los cables, decidió meterse en el negocio editorial y, tiempo después con un nuevo cruce de cables pensó que sería mejor dejarlo. Capricho arriba, capricho abajo, marqueses o no, lo cierto es que todas aquellas revistas cerraron por bajadas de ventas, pero sigo creyendo que fueron provocadas no solo por el cambio de gustos en el entretenimiento en niños y adolescentes, sino por una continuidad en el estilo de Bruguera que se había comprobado ya en los 80 que era una fórmula caduca y que no funcionaba. En los 80, Bruguera continuaba ofreciendo a los niños tebeos que se habían creado en los años 40 o 50, que hablaban con unos giros lingüísticos que ya nadie usaba y unas temáticas que no podían “calar” entre los críos. Las siguientes revistas que se crearon tras el cierre de Bruguera continuaron con el mismo estilo, añadiendo cosas modernas, es cierto, pero siempre bajo fórmulas idénticas a la escuela Bruguera excepto algunos casos como SuperLópez y algún otro. El manga asomaba tras el horizonte con temas y fórmulas completamente diferentes que funcionaban perfectamente y vendían muy bien, pero en cambio el tebeo infantil no supo adaptarse y eso fue culpa tanto de los editores que no supieron ver más allá de estilos similares a Bruguera, como de los autores que nos limitamos a hacer lo que nos pedían, cobrar y rezar para que la revista no cerrará demasiado pronto. Y esto no es algo que se limitara a la época de Bichos o Garibolo, porque durante el período de Ediciones B continuó exactamente igual. Es cierto que se hicieron intentos de renovación y que muchos autores era increíblemente buenos, pero creo que la renovación de temas y estilos no fueron suficientes y además cuando se acometieron ya bastante tarde. Y aquí seguimos, echándole la culpa a los niños porque en lugar de leer se pusieron a jugar a videojuegos y sin asumir las responsabilidades de cada uno en el hundimiento de una industria que, como industria per se, existió tan solo en la buena época de Bruguera.
El resto, todo lo que hubo después del cierre de Bruguera, fue tan solo una continuación de su hundimiento. Un hundimiento lento de diferentes editoriales que repetían las mismas fórmulas que ya era evidente que no funcionaban. Vamos, que Bruguera cerró sus puertas en el 86 pero su verdadero hundimiento y desaparición fue a finales de los 90.
En algunos números
se regalaron juegos de cartón con dados incluidos:
Los niños podían enviar su foto y eran convertidos en bichos en la contraportada. La revista también tenía correo de los lectores y algún concurso:
En los primeros números había una sección titulada Pantalla Siniestra en que se mostraban películas de terror y monstruos:
Una tira de un monstruo Sprugi de Bellido que sufre acoso y quiere suicidarse. Las revistas infantiles algo más sueltas a mediados de los ochenta:
No he logrado saber quién es el dibujante de la serie La Familia Quatermann en la revista. Si alguien lo conoce:
LA RANA AVENTURERA: Una rana con todo el estilo de Indiana Jones en un mundo plagado de peligros. Estas historietas solían presentar unas viñetas elaboradas y de un más nivel. Lo que es normal pues estaban realizadas por el ya veterano dibujante Josep Martí Capell.
¿Os suena de algo este marciano Glop?:
El divulgador de la historieta y animación Alfons Moliné lo aclara: El personaje "Glop" es en realidad "Kiko 2000", creado por Carlos Giménez a finales de los 60 para el meracado alemán; en España lo publicó la editorial Euredit en una serie de cuadernos que alcanzaron los 9 números, aunque solamente las portadas eran de Giménez, siendo las historias interiores de "Kiko 2000" obra de otros dibujantes. En Francia, fue rebautizado como "Glop"; a saber por qué en "Bichos" le pusieron el nombre francés y no el original de "Kiko 2000"
15 comentarios:
Brutal post. Enhorabuena.
Hola, felicidades por este detalladísimo post sobre este olvidado tebeo. El personaje "Glop" es en realidad "Kiko 2000", creado por Carlos Giménez a finales de los 60 para el meracado alemán; en España lo publicó la editorial Euredit en una serie de cuadernos que alcanzaron los 9 números, aunque solamente las portadas eran de Giménez, siendo las historias interiores de "Kiko 2000" obra de otros dibujantes. En Francia, fue rebautizado como "Glop"; a saber por qué en "Bichos" le pusieron el nombre francés y no el original de "Kiko 2000". Más info aquí: https://www.tebeosfera.com/colecciones/kiko-2000_1969_euredit.html
Muchisimas gracias Alfons. Ya he incluido tu explicación en el post.Un saludo! A mi me recordaba vagamente el personaje al de de una mascota de unas golosinas.
Ey, La rana aventurera debe tener otro padre, yo solo me hago cargo de Sustón y Simplonato ;)
Muchas gracias Jaime por avisar, corregido esta! Pido disculpas por el error. La Rana aventurera lleva una firma que parece que sea J. Martín o J. Marti, y pensé que eras el autor. Si alguien sabe cual es el dibujante, al igual que el autor de las páginas de "la familia Quatermann" que se pronuncie!!!
Muy buena nota! Soy de Argentina y tengo un par de numeros comprados de usado, cuando era un niño...
Me ha gustado "muncho". Gracias.
Gracias por los comentarios!
Diox, acabo de recordar mi infancia, de golpe. Excelente entrada.
¿Quizás se trate de Josep Martí Capell?
Me ha encantado leer sobre esta extraña revista.
Gracias Ismael. He comprobado la firma y sí, con seguridad. Muchas gracias. Lo agrego.
Josep Martí es un dibujante talentosísimo que, como tantos otros de sus compañeros de profesión, ha colaborado durante muchos años para el mercado alemán a través de agencias, mientras que en España es casi desconocido. En este texto que hice para Tebeosfera sobre los dibujantes españoles que trabajaron para Alemania hablo de él y unos cuantos más (perdón por el autobombo, pero creo que os aportará algunos datos de interés): https://www.tebeosfera.com/documentos/dibujantes_espanoles_en_europa_la_llamada_del_norte.html
Nuevamente gracias!!!
La Rana aventurera es obra de Josep Martí Capell.Recuerdo perfectamente los dibujos,porque veía como se realizaban.Josep Martí es mi padre.
Esther, muchas gracias por tu comentario!!! Si lo se, y asi esta indicado, aunque al principio me confundi de dibujante.
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