Estas tres portadas obra de Rowena Morrill y publicadas en la añorada revista Creepy me impactaron en los ochenta y son imposibles de olvidar. Rowena Morrill una de las grandes ilustradoras americanas nos dejó el viernes pasado. Sus ilustraciones ya sean en el campo del terror, fantasía o ciencia ficción para novelas y revistas son perfectas, impactantes con un realismo que te deja helado y una imaginación desbordante. Todo un hito para esta mujer que hasta los 21 años no había cogido un lápiz, y descubrió su don y pasión en una escuela de dibujo. La propia artista afirmaba que había aprendido más de forma autodidacta a través de los libros. Rowena cursó una licenciatura en la Universidad de Delaware en 1971 y luego estudió en la Tyler School of Arts. Durante un tiempo trabajó en una galería de arte y lo compaginaba haciendo encargos de pintura de animales exóticos. Más tarde pasó por una agencia de publicidad, pero hastiada por este trabajo lo intentó en firmas de diseño y arquitectura y luego en editoriales, hasta que su portafolio recayó en Ace Books donde publicaron su primer trabajo.
Su primera ilustración para una novela de terror fue para Isobel (1977) de Jane Parkhurst y pronto empezaron a venir muchas más portadas como para las novelas Dimensions of Miracles o Night Walk para sus nuevas ediciones de 1979. Escritores de la talla de Anne McCaffrey, Philip K. Dick, Isaac Asimov, Samuel R. Delany, Theodore Sturgeon, Piers Anthony y Madeleine L'Engle han tenido la suerte de mostrar su arte en las portadas de sus novelas. Más de 400 espectaculares portadas de libros principalmente en el campo de la fantasía y la ciencia-ficción la avalan, incluyendo retratos de los propios escritores como Isaac Asimov, Theodore Sturgeon y Rex Reed.
Sus trabajos se vieron en revistas como Playboy, Heavy Metal o Omni y en cientos de calendarios y portafolios. De hecho Rowena fue una de las primeras mujeres que destacó en el campo de la ilustración para este tipo de novelas y revistas de género.
La artista combinaba el acrílico con el oleo incluyendo un esmalte brillante para muchas de sus obras. Planificaba cuidadosamente las composiciones, su diseño y ponía un gran esmero en los detalles. La fantasía a menudo erótica que plasma en sus cuadros es poderosa e impacta. Le gustaba dibujar desde la realidad. En una entrevista afirmó que una vez se trajo a casa una carpa enorme como referencia para dibujar una cola de sirena. Su filosofía en la pintura era: Trabajo, trabajo y más trabajo... A veces puedes golpear una pared y sentir que no puedes pintar una pincelada más. Tienes que aprender a superar ese muro. ¡Si terminas una obra de arte realmente buena, todo ese trabajo vale la pena!
Como anécdota curiosa en 2003 dos pinturas de la artista fueron encontradas por el ejército americano en uno de los palacios de Saddam Hussein, aunque luego resultaron ser falsificaciones.
En los noventa Rowena continuó dibujando grandes ilustraciones y su arte se ha visto recopilado en diversas antologías como The Fantastic Art of Rowena, nominado para a los premios Hugo y Locus al mejor libro de no ficción en 1983, entre otos recopilatorios. En 1984 recibió el British Fantasy Award y en 2020 el premio World Fantasy Life Achievement Award en la World Fantasy Convention
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