Enkaru (Encarna Robles) es diseñadora gráfica pero sobre todo incansable dibujante e ilustradora. En sus inicios participó en fanzines como SupeinGo! y en el libro Artistas por Miguel Fernández en su centenario 1910-2010 . Su debut por todo lo alto fue con el manga Trisquel. Sin duda, una artista a seguir, que pasamos a entrevistar.
ENTREVISTA A ENKARU
- ¿Cuáles fueron tus lecturas favoritas comiqueras cuando eras niña?
De pequeña leía cualquier cómic que caía en mis manos. Como casi todos los niños de mi época, leía Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, etc. A partir de la adolescencia empecé con el manga (Ranma 1/2, Dragon Ball, Lodoss War...).
- Se afirma que realizaste tu primer cómic con tan solo ocho años. ¿Es eso cierto?
Sí, dibujo desde que tengo uso de razón, como suele decirse, pero mi primer cómic lo hice a los 8 años. Lo sé porque siempre apuntaba mi edad en el cuaderno, ¡jajaja! Desde entonces no he parado, aunque tuve un período entre los 20 y los 26 años, aproximadamente, en el que, por cosas de la vida, lo dejé un poco de lado.
- ¿Qué series manga te marcaron de joven?
Ranma 1/2 fue la que más me marcó, sin duda. También Dragon Ball, Slayers y City Hunter. Siempre me atraían las series que, además de tener personajes carismáticos y estar llenas de acción y aventuras, tenían grandes dosis de humor.
- Empezaste trabajando en diseño gráfico publicitario. ¿En qué consistía tu trabajo?
Dependía un poco de la empresa en la que trabajara, pero básicamente diseñaba catálogos, folletos, páginas web, logotipos, etc. No era un trabajo que me entusiasmara especialmente, pero aprendí mucho sobre programas de diseño y cómo preparar archivos para imprenta, conocimientos que me han sido muy útiles para el cómic.
- La llamada del manga es poderosa y emprendes el proyecto en solitario titulado Trisquel en el año 2010. Un debut por todo lo alto con más de 200 páginas de aventura, acción, fantasía y dosis de erotismo. Cuéntanos un poco cómo fue tal ardua labor.
Trisquel era un manga que desarrollé mientras trabajaba como diseñadora, en mis ratos libres. Mi intención inicial era presentarlo a algún concurso, pero, por casualidad, vi un anuncio en internet de la editorial Nowevolution buscando nuevos proyectos, y decidí probar suerte. ¡Y la tuve! No me lo podía creer porque era mi sueño desde pequeña, y pensaba que era imposible, ya que no sabía cómo contactar con editoriales ni presentar un proyecto de forma profesional. Internet facilitó mucho ese proceso. En aquel entonces, mi forma de trabajar era mucho más amateur: no utilizaba storyboard y dejaba muchas cosas a la improvisación. No digo que esté mal, pero siempre es mejor definir bien lo que quieres contar y cómo.
- En Trisquel las escenas picantonas y sexys a lo Dragon Ball abundan... ¿Fue una influencia de esos años de Akira Toriyama? ¿Y qué opinas del tratamiento de machista que se da a la mítica serie en los tiempos actuales?
Mis principales influencias eran series que se caracterizaban por ese tipo de humor picantón que, personalmente, me sigue haciendo gracia a día de hoy. Sí que es cierto que, si lo tomas en serio, puede tener connotaciones machistas, pero nadie en esas series aplaudía el comportamiento de ese tipo de personajes. Al contrario, siempre acababan recibiendo alguna paliza por parte de las chicas, que solían saber defenderse solas. Creo que hay que saber diferenciar lo que es ficción de la realidad. De la misma manera que disfrutas de una serie violenta sin tomar ejemplo de ella, creo que se puede disfrutar de este tipo de personajes siempre que se traten con humor y no excedan ciertos límites. Y por supuesto, no imitarlos en la vida real.
- También trabajaste durante seis años en el cómic online Sparkshooter de Troy Brownfield. ¿Cómo fue esta experiencia?
Trabajar con Troy siempre es un placer porque te da mucha libertad creativa. Fue un reto por varios motivos: tenía que trabajar en otro idioma, dibujar guitarras y baterías, y representar bien la vida en los Estados Unidos. Aprendí mucho de esa experiencia y siempre le agradeceré a Troy su confianza en mi trabajo y su amistad, que mantengo hasta el día de hoy.
-Un trabajo muy curioso fue el de ilustrar y realizar cómics de los exitosos “seres”, por decirlo de alguna manera, Superthings? Cuéntanos cómo fue esta estrambótica experiencia.
Fue muy divertido, aunque estresante, ¡jajaja! Era mucho volumen de trabajo porque teníamos que acabar un capítulo cada dos semanas, más o menos, para YouTube. Era un trabajo en equipo, y el proceso era en cadena: guionista, dibujante, entintador, colorista y animador. Yo solía ser entintadora o dibujante. Trabajar desde casa puede ser solitario, pero al estar en contacto diario con el equipo, era mucho más entretenido.
- ¿Cómo avanza tu dibujo en la precuela del cómic Hell's Rain, con guion del colombiano Gabriel Gamora, del cual hemos podido leer en España el cómic Limbo con dibujos de Francisco Maldonado?
Ya estamos en la recta final. Hemos lanzado una campaña de crowdfunding y la intención es tener el tomo acabado cuando esta termine, así que ahora estoy a tope con eso.
- Uno de tus últimos trabajos ha sido el manga Demon Quest, en el que se respira tu cariño por los videojuegos. ¿Esto es así?
Sí, mi pasión por los videojuegos nació casi al mismo tiempo que la de los cómics. Cuando era pequeña, me encantaba imaginar aventuras alternativas para los personajes de mis juegos favoritos, como Sonic, Alex Kidd o Mario Bros. Cuando apagaba la consola, dibujaba esas aventuras, ¡jajaja! Trabajar en Demon Quest fue como volver a esa infancia.
Portada y páginas del manga Demon Quest
- ¿Cuánto tiempo te ha llevado la realización de Demon Quest y qué es lo que más te ha costado?
Me llevó algunos años porque lo compaginaba con otros trabajos. Por suerte, Pedro, el editor de Fandogamia, fue flexible con las fechas de entrega. Lo más difícil fue elaborar el guion; llevaba tiempo sin escribir uno y me sentía insegura al principio, pero decidí centrarme en crear algo que me gustaría leer a mí misma.
- ¿Cuéntanos un poco el proceso de realización? ¿Usaste métodos tradicionales?
Fue completamente digital. Suelo dibujar en iPad con Procreate porque me encantan sus pinceles y la comodidad de trabajar en cualquier lugar. Las viñetas, bocadillos y acabados finales los realizo en Clip Studio Paint desde mi PC, con una Wacom Cintiq.
- ¿Aplicas tú misma el color a tus cómics?
En Demon Quest, sí. En Hell's Rain, el color es de Champe Ramírez, y en Unfinished Tales, otra serie en la que colaboro con David Braña, el color lo hace mi hermana, Macarena Robles.
- ¿Cuándo estabas en el proceso ya tenías editorial en mente? ¿Te costó mucho que alguna se interesase?
En realidad, fue Fandogamia quien me preguntó si estaría interesada en presentarles algún proyecto. Como llevaba tiempo sin escribir guiones propios, dudaba un poco, pero me animé. El primer planteamiento no convenció del todo, pero después de darle otra vuelta, lo aceptaron y firmamos el contrato.
- Demon Quest es pura aventura y un gran homenaje a los videojuegos, pero has dejado de lado ese toque algo erótico que tenía Trisquel... ¿Es porque querías llegar a un público también infantil/juvenil?
Creo que la forma en la que decidí contar la historia no encajaba con ese toque, ya que la narración está planteada desde la perspectiva de un padre y su hija pequeña jugando al videojuego. También consideré que podría atraer a un público más joven, y algunas situaciones podrían resultar inapropiadas para esos lectores. Aun así, alguna situación traviesilla tiene, como cuando Donovan se imagina en el cielo rodeado de mujeres hermosas o se fija un poco más de la cuenta en el escote de la protagonista, jajaja, pero es algo bastante "light".
- ¿En Demon Quest alternas el estilo realista con el "chibi" para provocar más humor?
Creo que le queda muy bien, ya que el estilo "chibi" era muy habitual en los juegos japoneses de la época. Además, es un recurso típico en los mangas de humor.
- ¿Cómo fue la entrega del premio al mejor manga de autoría española por Demon Quest en el Salón del Manga de Barcelona de este año?
Fue toda una sorpresa. Me acompañaron mis hermanas y amigos, y cuando me nombraron ganadora, empezaron a vitorear y saltar, ¡jajaja! Yo, que soy muy vergonzosa, estaba como un flan, pero muy feliz y agradecida.
- ¿Cómo es un día de trabajo de Enkaru?
Intento tener una rutina porque es lo que mejor me funciona. Me levanto siempre a la misma hora y organizo mi día. Madrugar no me cuesta, pero a veces me pongo demasiadas tareas en la agenda y no llego a todo. Lo importante es cumplir con las fechas de entrega, y eso siempre lo hago. Básicamente, medito temprano por la mañana, trabajo unas 8 horas (o más) y por la tarde hago ejercicio. Para mí, la meditación y el ejercicio son fundamentales, especialmente teniendo un trabajo tan sedentario y que me desgasta mentalmente.
- ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Actualmente estoy trabajando en Hell's Rain y Unfinished Tales, que ya he mencionado antes. También tengo en mente un cómic que me gustaría desarrollar después de estos, aunque de momento no puedo dar muchos detalles.
- ¿Recomiéndanos algún manga o cómic actual?
La verdad es que casi todo lo que leo últimamente no es muy actual. Quizá uno de los más actuales y que me gustó mucho fue El Huérfano de Perdide, que es un cómic europeo con una historia autoconclusiva, dibujado por Adrián Fernández. También recomendaría Ekhö de Arleston y Barbucci, porque tiene esa combinación de fantasía, humor y algunas situaciones picantes que tanto me gustan.
Despedimos esta entrevista reproduciendo una parte del bonito epílogo del manga Trisquel escrito por Enkaru hace doce años:
"Así que si tenéis un sueño que queráis cumplir, intentad ir a por él aunque cueste horrores. Yo he cumplido el de ver Trisquel publicado pero aún tengo muchos más que espero… ¡No! ¡Que haré que se cumplan! Creo que ese es el truco, no esperar, sino hacer, por descontado que hay que trabajar mucho y sacrificar muchas cosas, pero si realmente queremos conseguir algo, tenemos que saber tomar las decisiones correctas. Cuando nos sintamos desanimados tenemos que pensar en cosas que nos motiven, escuchar la música que más nos anime, mirar hacia arriba, sonreír.. y empezar a trabajar en alcanzar nuestras metas. Si tenemos una meta, el éxito está asegurado. Pensaréis que `por qué os cuento todo este rollo… Supongo que e porque me siento muy feliz de ver que estoy haciendo lo que llevaba toda la vida soñando hacer, y quiero que los demás también experimentéis esta sensación. Y a sea porque queréis publicar un libro, ser cantantes, arquitectos, trabajar en la nasa o lo que se os pase por la cabeza. Los límites nos los ponemos nosotros mismos. Como decía un dibujante al que admiro mucho: ¡Sí se puede! ¡Sí se puede!"
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