Un grupo de jóvenes activistas está preparando una bomba como acto reivindicativo y como única salida para hacerse oír y que las cosas cambien en la sociedad. ¿Pero es acertado tomar el camino de la violencia como única posible respuesta? Bienvenidos a La tardor que no arriba mai.
El grupo teatral La Bona Companyia y el espacio Eòlia Escena Emergent, bajo la dirección Lali Álvarez, han preparado esta obra densa y muy coral. Nueve intérpretes se mueven constantemente por el escenario, alternando sus experiencias vitales, en las que exponen sus historias, con las de los demás, encajando ese compendio de diferentes escenas en el que se va construyendo, el relato de esa preparación del atentado junto a vivencias personales. Cuando unos son los protagonistas, la acción de los otros no se detiene, pasando a un segundo plano, ya sea de forma física o más poética…
Todas ellas, las siete actrices y los dos actores, expresan sus emociones y forma de ser en diversos momentos, sus miedos e inquietudes, su determinación y su forma de querer vivir. El espectador escuchará sus puntos de vista, sus discusiones, sus anhelos, sus miedos… que se incrementarán alrededor del plan del atentado.
El montaje es ambicioso. En el escenario hay diversos sets a la vez, el comedor donde se traza el plan, una furgoneta, un apartamento de una pintora, una cárcel… Escenarios que conviven y se alternan. Hay momentos muy orgánicos y poéticos, como cuando alguno de los intérpretes pinta in situ una palabra en un fondo blanco. Se percibe que han ido puliendo el montaje en las diversas representaciones para que todo vaya fluyendo mejor, con su tempo y esté bien coordinado. Y no debe ser fácil, teniendo tantos personajes en escena. Es muy efectivo el recurso visual de enfocarse con las linternas en determinados momentos de los monólogos interiores y esa semioscuridad que todo lo envuelve… como su posible futuro...
Los jóvenes hasta se permiten incluir un número musical y de baile del que salen muy bien parados e incluso Alba Prim, que por cierto, pone mucha naturalidad en su forma de actuar, se atreve con una canción, de la que también sale airosa. Diego Neira , que es el último en incorporarse al grupo terrorista, tiene una voz muy teatral y potente.
¿Es entonces La tardor que no arriba mai una buena obra? Sin duda lo es... Y sí, te hace plantearte el atentado. ¿Tú que harías? ¿Llevarías el plan adelante pese a las consecuencias?… Las múltiples interpretaciones, algunas más logradas que otras, pero todas muy notables, otorgan una buena pátina interpretativa al conjunto, pero igual han querido ser demasiado trascendentes en todo momento. No solo a nivel de historias, sino visualmente… Esos cuerpos retorciéndose en el sofá de forma secundaria en una determinada escena… pero lo que pesa más, es que la obra se hace algo repetitiva y alargada. Se podría recortar un poco algunas escenas, o eliminar alguna, e incluso colocar una pequeña pizca de humor, ante tanta solemnidad manifiesta, que en ocasiones ralentiza el relato. Como se suele decir, menos es más… La música de suspense de fondo, repetitiva y constante, tampoco ayuda a evitar esa sensación de lentitud.
Lo que es seguro, es que estos jóvenes intérpretes, pronto darán que hablar en otros proyectos, mientras tanto podéis verlos en este drama, sobre si usar la violencia es la respuesta para cambiar las cosas… ¿Activistas o terroristas?
Interpretes: Alba Prim, Bruna Jansà, Cira Martinez Portero, Diego Neira, Gemma Charro, Júlia Sanfeliu, Mariona Pagès Buixeda, Paula Puig, Santiago “Pistachin” Arcos
Compañía:La bona companyia
Dirección: Lali Álvarez Garriga
Autoria: Lali Álvarez Garriga
Iluminación: Andrés Piza
Sonido: Lali Álvarez Garriga Movimiento: Teresa García
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