Los lectores que abrieron la revista de terror número 66 de Creepy de Toutain allá por el año 1984, se encontraron con que el tándem formado por el guionista Antonio Segura y el dibujante José Ortiz presentaban la serie Las mil caras de Jack el Destripador, todo un lujo de serial que pudieron disfrutar los lectores durante nueve meses en esta mítica revista. Después en el año 1986 se recopilaba completa inaugurando la colección Joyas de Creepy de Toutain y de ahí lentamente pasó al olvido, hasta hoy en que la nueva Editorial Isla de Nabumbu recupera la obra dándole todo el macabro (en este caso) esplendor que se merece.
Estamos ante una edición de lujo a gran tamaño y tapa dura pero con un precio popular, lo que es todo un acierto, que rescata esta clásica obra del cómic español, escaneada a partir de los originales, por lo que su calidad es sobresaliente. Se ha mantenido ademas la rotulación original aunque corrigiendo algún fallo. Un álbum que contiene las nueve historias con un prologo de su editor Javier Alcázar. Y con el que podemos decir que este clásico cómic sigue teniendo esa fuerza por los sólidos guiones de Segura con sus diálogos rápidos, secos y certeros y el magistral dibujo de Ortiz.
Las mil caras de Jack el Destripador no es plato para todos los paladares, pues es un cómic de terror, con algo de gore, sangre, mala leche y humor negro, que oscila entre el drama, la comedia macabra y el thriller policíaco. Unas historias de asesinatos que solo pretenden entretener, sorprender y conquistar por los dibujos de Ortiz. Sí amas el medio, esto último es una obviedad, al observar en detalle sus dibujos.
Y es que, desde la primera página, Ortiz nos sumerge en la sórdida Inglaterra victoriana del año 1888 con sus carruajes, calles pestilentes, posadas y sobre todo callejones lúgubres en los que el peligro acecha. Las historias son auto conclusivas de ocho páginas e independientes, en las que seguiremos a Jack el Destripador en un juego de múltiples reencarnaciones en el que el común denominador es que el asesino quiere tener la ultima palabra y salirse con la suya. Esto provoca finales sorprendentes e impactantes con giros que son siempre agradables de descubrir.
La composición de página de Ortiz es bastante clásica, y contiene de unas seis a siete viñetas. Grandes dibujos, dominando el contraste de blanco y negro, que impresionan y son magistrales. Las expresiones de los personajes están muy trabajadas, con rostros a base de múltiples trazos de tinta. Buenos y diferentes planos. Ese tono sombrío que lo envuelve todo a base de combinaciones de negro y blanco, que hace que sepas de antemano que nada bueno va a suceder. Ortiz recrea bien la atmósfera opresora, pesada y decadente de Londres, en la que casi puedes oler su pestilencia nauseabunda… Ese cielo nocturno a base de rayitas… Solo hay que leer las historias Carroñeros o Candilejas para percibir esto. Mujeres, aparecen pocas, pero cuando lo hacen, maravilla como el dibujante plasma su belleza dentro de la sordidez del ambiente.
Ojo, que también hay homenajes a Bette Davis, Peter Lorre, e incluso a Frankenstein, perfectamente trasladados al papel, formando parte de algunas historias sin desentonar.
Esta edición contiene un buen prólogo de ocho páginas del propio editor Javier Alcázar, pero se echa en falta que no se incluya más material adicional al respecto de esta serie, como bocetos y demás material extra, que es seguro que ya no exista. Añado aquí como curiosidad, una anécdota interesante que le confesaba en una entrevista el guionista Segura a Norman Fernández en los noventa:
Para que este mercado, en España, te sea rentable siendo guionista, tienes que trabajar mucho. Yo he hecho la serie Jack el destripador por 1500 pesetas por página, porque cuando nos hundimos con Metropol y con KO, y fuimos a pedir trabajo a los editores, los editores dijeron: "¡ah!,Habéis vuelto, ¿verdad? 1500 pesetas por página de guión". Y tuvimos que aceptar porque teníamos que retomar el mercado. Ahora, yo te digo egoístamente, que tú te lees Las mil caras de Jack el destripador, sabiendo que me pagaban 1500 pesetas por página y dices: "ese tío hizo una obra de arte". Y esto el lector no lo sabe. Antonio Segura
Las mil caras de Jack el Destripador son historias macabras, y relatan la miseria humana, aquí no hay buenos sentimientos y en contadas ocasiones suele ganar el bien, pero disfrutarás con su lectura si te gusta el género de terror o solo por el placer de ver el arte de Ortiz. Si esta edición de Isla de Nabumbu sirve para acercar la obra de Antonio Segura y José Ortiz a nuevas generaciones ya es todo un logro, porque está claro que para los veteranos sobrinetes del añorado Tio Creepy, es una compra casi obligada.
LAS MIL CARAS DE JACK EL DESTRIPADOR
Antonio Segura / José Ortiz
Editorial Isla de Nabumbu
PVP: 25€
84 páginas / Tapa Dura / Medidas: 31,5 x 24 cm.
Blanco y negro
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Sobre los autores:
Antonio Segura fue un gran guionista muy prolífico. Sus obras en cómic tanto de ciencia ficción como terror, fantasía y del oeste enganchaban en los setenta, ochenta y lo siguen haciendo en cada nueva lectura. Relatos que atrapan por sus planteamientos interesantes y dinamismo de lectura. Ahí están Eva Medusa, Hombre, Bogey, Kraken, Burton & Cyb o El otro Neconomicon... Grandes dibujantes han colaborado con él como Ana Miralles, José Ortiz, Leopoldo Sánchez, Luis Bermejo, Jordi Bernet y Brocal Remohi. Con la desaparición de las revistas mensuales de cómic en España en los noventa como Cimoc, Metropol o K.O Comic, pasó a trabajar para la italiana Bonelli en guiones para las series de Tex y Magico Vento.
José Ortiz fue uno de los grandes dibujantes españoles. Empezó su andadura en 1950 ganando un concurso de historieta para la revista Chicos. Un año después ya estaba trabajando como dibujante en el estudio de su hermano Leopoldo Ortiz al lado de figuras del noveno arte como Miguel Quesasa y Luis Bermejo. Trabajo para la editorial Maga en la colección el Espía firmando como Zitro y pronto vinieron otras como El Capitán Don Nadie, El Príncipe Pablo o Don Barry el Terremoto. Luego paso a otras grandes Editoriales como Toray con los cómics Sigur el Vikingo y colaborando en la serie Hazañas Bélicas. En la editorial Bruguera realizó dibujos del oeste para la colección Bisonte y adaptaciones de obras literarias de la colección Historias. En los sesenta a través de la agencia Bardon trabaja en cómics bélicos, románticos e historietas de conocidos personajes como Rogue Trooper, para el mercado internacional.
Con guión de Josep Toutain realiza en los setenta el álbum Grandes Mitos del Oeste que se publica también en Estados Unidos y le abre las puertas para colaborar en la Editoral estadounidense de comics de terror Warren. Allí recibió mucho reconocimiento por sus viñetas con algunos galardones como Beast All Around Artist y continuó con Toutain a través de Selecciones Ilustradas dibujando incluso cómics de Tarzán. En la década de los ochenta, fue uno de los dibujantes que se asoció con su sobrino Leopoldo Sánchez y otros dibujantes como Manfred Sommer, para crear la editorial ediciones Metropol, lanzando la revista del mismo nombre. En esta misma década sus historietas alcanzan popularidad en España colaborando en las míticas cabeceras Cimoc, Zona 85 y Creepy, creando potentes y recordadas obras como la que nos ocupa hoy. Así con guiones de Segura tenemos la que nos ocupa en esta reseña, la impresionante Hombre y la divertida Burton & Cyb y ya en los noventa la serie cómica Bud O´Brien y Ozono. ¡Hay tantas buenas series a recuperar de Ortiz! ¡Al menos aquí ya tenemos una! ¡Las mil caras de Jack el Destripador!
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