viernes, 26 de abril de 2024

Revista Bichos de C.G.E. - Curiosidades polémicas en su nacimiento


Hace tiempo escribí un articulo sobre la poco conocida revista ochentera infantil-juvenil Bichos que, como su nombre indica, tuvo la particularidad de estar protagonizada por bichos de todo tipo al servicio del entretenimiento de los más jóvenes lectores e intentando conquistar el mercado que dejaba la recién desaparecida Editorial Bruguera. En la revista Bichos colaboraron artistas de la viñeta ya consagrados junto a otros que empezaban. Ahí teníamos a Vázquez, Josep María Bea, Cubero,  Miguel, L´Avi, Jaime Martín, Soler, Majoral, Serrat , Jaume Rovira...

Cuando desapareció Bruguera en 1986, nuevas editoriales surgieron para quedarse el pastel de las publicaciones juveniles. Compañía General de Ediciones (C.G.E. 1986 -1988) fue una de ellas y, ojo al dato,  Juan Urquijo de la Sierra, hijo de los malogrados Marqueses de Urquijo, invirtió más de doce millones de pesetas en esta empresa, que contaba con ex empleados de Bruguera. El primer título de esta editorial que salió al mercado fue la citada revista Bichos, seguida poco después de Garibolo.

Hoy en día en el mundo de las redes sociales aparecen polémicas y controversias comiqueras muy a menudo, y cualquiera puede dar su opinión en un plis plas, pero en 1986 las cosas eran diferentes. Por esto me resulta curioso descubrir que el nacimiento de la revista Bichos no estuvo exento de su polémica que, claro está, quedó más escondida en aquellos tiempos para los lectores, en los que la comunicación de noticias se realizaba a través de los correos y secciones variadas de las publicaciones. En el número 31 de la revista Zona84 de Toutain editor y dentro de la sección Conexión, Josep Maria Beà denunciaba que como creador de los personajes e idea de la revista Bichos, no estaba recibiendo un céntimo por el uso de su copyright (derechos de autor) .

La cosa no quedó ahí, pues en el número 33 de Zona84 la directora e C.G.E General de Ediciones Montserrat Vives le respondía lo siguiente: “debemos aclarar que el proyecto de realizar una revista cuya temática y título sería el de Bichos, le fue encargada al dibujante editor (Beá) por Compañía General de Ediciones, una editorial que acaba de formarse en el mes de Julio,  y que Beá estuvo realizando la revista Bichos, siempre por encargo y bajo las indicaciones que le marcaba la editorial, hasta el momento en que, por la propia voluntad del Sr. Beá, decidió abandonar la confección freelance del semanario. No está en nuestro ánimo entrar en discusiones con un colega, pero creemos conveniente poner los puntos sobre las íes y no aparecer como el malo de la película”.

En el número 34 de Zona 84 intervenían brevemente dos colaboradores de la revista Bichos, L´Avi y Soler, aclarando que el dibujo que habían colocado en el correo anterior para ilustrar la noticia no era de Beá, sino de ellos. Aclarado quedaba. Pero evidentemente, lo importante es que dos números después, en el 35, el propio Josep Maria Beà daba una extensa replica a Montserrat Vives, que aquí reproducimos:

Y es cierto que hubo una revista llamada Monstruos and CO que tan solo tuvo un número por el cierre de la editorial Bruguera, que era igual con algunos de esos nuevos personajes y que en los primeros Bichos hubo continuación de estos y efectivamente material de Beá que seguramente fue realizado para Monstruos and CO.  Así que ignoramos si la denuncia prosperó. Lo cierto es que la revista Bichos duró casi cincuenta números, y si esto hubiese pasado hoy en día el salseo hubiese sido mucho mas mediático entre nuestro reducido mundillo.

2 comentarios:

Ismael dijo...

Interesante caso, recuerdo la anterior entrada. Sin embargo creo que la situación sigue siendo muy parecida. No hay más que pasarse por los comentarios al último crowdfrienlie de ECC y Sandro Mena, gracias al cual algunos lectores aficionados han tenido noticia de algún feo chanchullo. Sobre el que existía uno de esos habituales silencios, casi ninguneo, con recriminaciones nada veladas, luego convertidas en advertencias por la vía del correo electrónico de un autor-amigo del empresario ejemplar al autor perjudicado por el lastimoso empresario editorial.
Ya entre los aficionados metidos al juego de la divulgación y el comentario de actualidad, es decir, el abyecto servicio gratuito en la brega mercadológica ofertado sin coste para las editoriales, podemos recordar la falsa neutralidad por la que algunos sitios webs comiqueros se limitaron a copiar y pegar los compungidos (y deformadores) comunicados de la empresa Whakoom tras aquella hoy ya olvidada denuncia de la Asociación Cultural Checheoschera. Hoy podemos comprobar el buen servicio que rinde esa empresa privada extractora de conocimiento a todos aquellos neutrales agentes del mercado tan desprendidos en su radical servicio informativo a favor del desarrollo cultural del cOmic.

Un ejemplo de la desorientación del lector aficionado debida a la ocultación de las relaciones entre editores, artistas, y otros agentes del mercado: yo dejé de comprar la revista Panceta manga a partir de su núm. 16 después de enterarme, creo que tras la publicación de su cuarta entrega, de las condiciones que ofrecía la editorial a los artistas de la misma solo gracias a un simple comentario en Facebook de un dibujante veterano, además, ajeno a la publicación. Ya que resultaba imposible saber si esas condiciones mejoraron o no después de su fortuita exposición en internet.

ElRinconDelTaradete dijo...

Pues sí, hoy en día, aunque con más ruido, informaciones variadas, y todo el mundo dando su opinión, no quedan estas cosas tan ocultas o pasando desapercibidas. Muchas gracias por tu aporte en forma de comentario!!.