Francisco Pérez Navarro o Efepé es guionista, y ha sido traductor de cómics y novelas, editor y coordinador editorial. En otros tiempos llevaba la sección de “el correo de los lectores” de muchas colecciones de Cómics Forum. El año pasado se hizo más visible con el exitoso retorno de su Supergrupo en dos álbumes diferentes y ahora vuelve con otra nueva historia de Superlópez y el Supergrupo, La Guerra de las Latas, dibujada por Jan. Una cosa está clara, sus guiones nos siguen haciendo pasar un buen rato y nos demuestra que por mucho que el dibujo sea bonito si no hay detrás una buena historia no hay nada que hacer.
ENTREVISTA A
FRANCISCO PERÉZ NAVARRO
"EFEPÉ"
-¿Qué tebeos leías en tu juventud?
¿Hasta donde llega la juventud? ¿Hasta los 18? Vale, entonces leía de todo. Español, francés, italiano y lo poco americano que caía en nuestras manos. Era omnívoro.
-¿Siempre te gustó contar historias? ¿Cuáles fueron tus inicios como guionista?
Siempre he tenido el gusanillo de escribir, por eso estudié Periodismo. Y siendo aficionado a la historieta, pensé trabajar en este campo. Como mis dotes de dibujante son más bien nulas, me dediqué a los guiones. Empecé a los 18 años.
-En los setenta entras en Bruguera y realizas guiones policíacos y de humor. ¿Para qué series eran?
Hacía personajes de humor de lo más variado, muchas páginas semanales, unas veinte, y una o dos historias policíacas de ocho páginas en los extras. Conservo mi primer guión publicado, era policíaco con un robot de por medio. Un homenaje a Asimov. Fue la prueba que hice para entrar en Bruguera, me dijeron que sí y se quedaron esa historia. Guiones de humor hice miles, desde personajes conocidos como Mortadelo, Sacarino, Anacleto, Doña Urraca, Tribulete, etc., a otros que se inventaban en la editorial para dar trabajo a los dibujantes. El otro día estuve haciendo por curiosidad un primer listado de personajes y me salieron unos cincuenta diferentes. Algunos de los que he nombrado se dibujaban en un estudio montado en la propia editorial.
-¿Prefieres escribir en algún género en particular?
No. Como lector, y no solo de tebeos, me gusta el género, ya sea policiaco, ciencia-ficción, etc... Pero he realizado guiones de todo: terror, oeste, ciencia ficción, policiaco, aventuras, quizá de romántico menos.
Mortadelo nº 574 año 1981.
Historieta en cápitulos S.O.S Dossier Ecológico guion de Efepé y dibujos de Jesus Redondo
-¿Conociste a los grandes como Raf, Vázquez o Segura?
En Bruguera se entregaba el material semanalmente. Te encargaban 10, 15 o 20 páginas de guión, y existía la costumbre de entregar los miércoles y, al mismo tiempo, cobrar lo de la semana anterior. Luego, en el bar de la esquina, nos reuníamos todos a charlar, y conocí a todos estos autores que me citas. A Segura menos.
-Trabajaste con Marz Shmidt en la exuberante serie Cleopatra, Reina de Egipto (1985) ¿Nos puedes decir algo de este autor ?
Sí, el argumento era mío... y no mucho más. A Marz Shmidt le encantaba meter “morcillas” propias, improvisaba sobre la marcha y sobre los guiones. Tenia una particular forma de contar, y muchos diálogos eran suyos, pero el argumento era mío. Estábamos a punto de hacer una segunda historieta larga, pero se fue al traste el asunto. No sé por qué extraña razón a numerosa gente le gustó mucho en su época.
-Tu colaboración más reconocida es junto a Jan en los tres primeros álbumes de Superlópez y en multitud de tebeos infantiles como Heidi, Marco, Cole-cole, Pasolargo o Nosotros los Catalanes. ¿Que nos puedes decir de Jan?
¿Qué te voy a decir que no se sepa? Estuvimos colaborando juntos un montón de años. Vivíamos relativamente cerca, él ya tenía un estudio y por las mañanas iba allí. Él dibujaba y yo hacia los guiones, una mesa delante de la otra, colaborando y comentando. Fuimos amigos. y si digo fuimos en pasado, es porque en cierto momento tomamos caminos separados. No nos enfadamos, ni nos peleamos, solo nos separó la distancia. Ahora casi no nos vemos porque yo sigo en Barcelona y él anda perdido por los Pirineos J, pero no nos ha sido difícil volver a colaborar juntos. La conexión –esta vez electrónica—volvió a establecer sin esfuerzo y casi de inmediato.
-¿Te atreverías con un guión largo de Mortadelo y Filemón?
Sí, claro, por supuesto... aunque los Mortadelos tienen un estilo muy particular. Si tuviera que hacer un guión largo de Mortadelo y Filemón sería una aventura con humor, no una serie continua de gags. Y no lo digo en detrimento de Ibáñez, ni mucho menos, es su estilo. Yo seria incapaz de enlazar tantos gags.
-Al cerrar Bruguera y cancelar posteriormente Ediciones B sus revistas juveniles ¿Crees que desapareció el tebeo juvenil?
En aquella época, cuando cerró la editorial, las revista tipo Bruguera ya iban a la baja. ¿Se extinguieron por sí mismas o porque el tipo de público al que iban dirigidas cambió esas revistas por otro tipo de distracción? Personalmente, creo que el espacio que ocupaban esas revistas lo tomaron los superhéroes. Y así hasta día de hoy.
También Bruguera quemó, en el buen sentido de la palabra, absolutamente todo lo que llegaba del extranjero. En aquella época publicaba cómics de las editoriales Dargaud, Dupuis y Lombard, ahí se dieron a conocer mayoritariamente todos los “clásicos” como Astérix, Blueberry o Bernard Prince, por ejemplo. También publicaron mucho material italiano, incluso inglés. Al final ya no sabían cómo llenar las páginas y la cosa decaía. Supongo que llegó el momento de la sustitución. Algún sociólogo diría que era una fórmula demasiado explotada o directamente agotada.
Blueberry en Gran Pulgarcito
-¿Qué era el “colectivo de la historieta”?
Fue la reunión de unos cuantos historietistas en un intento de hacer otra cosa: historieta social, de barrio, de denuncia. Un intento de meter política en la historieta, concienciación, lucha y todo eso. En activo de los que empezamos allí debemos quedar muy pocos. Por cierto, incluso Jan participó en Butifarra!, revista en la que lo introduje yo.
Fotografía aparecida en la revista Cul de Sac extraída del blog del dibujante Azagra
-Fundas junto a otros guionistas y dibujantes Butifarra! Su prólogo decía “tebeo de barrios, dedicado a su problemática, sus alternativas y rechazo de su explotación, de ahí el nombre: Butifarra! ("corte de mangas" en catalán). “Los que hacemos Butifarra! hemos pretendido con este cuaderno dar una visión general de los orígenes, el porqué y repercusiones de la llamada "crisis" que usted y nosotros sabemos a quién le toca pagar y que no es otra que la crisis del capitalismo nuestro de cada día y de su gloriosa civilización occidental”. Esto era en 1977. ¿La historieta se repite?
(Risas) ¡1977, y ya se hablaba de crisis! En aquella época era más bien una crisis social y política, y la actual es más bien financiera. Pero, bueno, en el fondo ambas son de sistema. Hacía dos años que había muerto “el kiko” y era el momento de dar caña, ya que con la llegada de la famosa democracia, los partidos políticos constituidos desmovilizaron todo el movimiento de barrios que había en esos momentos y que realmente funcionaba. Nos engañaron –y nos siguen engañando—como a chinos.
-Además en los 80 colaboras en revistas como El Papus, El Cuervo, Primeras Noticias (periódico juvenil), Cimoc, Cairo... Publicas en la revista catalana Cul de Sac. Un escritor y guionista todoterreno. ¿Cómo mantenías este ritmo?
Era joven, y algunas de las cosas que has mencionado no fueron simultáneas. En muchas sólo eran una o dos páginas semanales. Primeras Noticias fue un experimento muy raro, pero interesante, un intento de vender una revista “educativa” a los colegios para que la distribuyeran entre los alumnos. La redacción estaba en la planta superior de aquella donde se editaba El Papus, que ya había abandonado el local donde explotó la bomba. Estuve en la plantilla de Primeras Noticias, ahí conocí a THA que publicaba una de sus primeras series, El Troglodita. Cul de Sac era casi del colectivo de la historieta o de Butifarra!, como quieras decirlo. Una revista semanal que se montó entre todos, reuniendo dinero –algunos incluso firmando hipotecas sobre sus propiedades--, y que al final resultó una encerrona brutal. Al principio, la distribuidora decía que la revista iba bien y por eso seguimos, hasta que al llegar al número 13 quisimos saber cuánto se vendía exactamente para ajustar tirada, y nos contestaron que lo revisarían. Entonces, empezaron a aparecer palés y más palés de revistas sin desempaquetar siquiera, y nos dijeron que solo se vendían unos 200 ejemplares cada semana. No sólo tuvimos que cerrar, sino que nos quedamos con unas deudas “para cagarse” con los bancos, las imprentas y con nosotros mismos. Un desastre, vamos.
Era joven, y algunas de las cosas que has mencionado no fueron simultáneas. En muchas sólo eran una o dos páginas semanales. Primeras Noticias fue un experimento muy raro, pero interesante, un intento de vender una revista “educativa” a los colegios para que la distribuyeran entre los alumnos. La redacción estaba en la planta superior de aquella donde se editaba El Papus, que ya había abandonado el local donde explotó la bomba. Estuve en la plantilla de Primeras Noticias, ahí conocí a THA que publicaba una de sus primeras series, El Troglodita. Cul de Sac era casi del colectivo de la historieta o de Butifarra!, como quieras decirlo. Una revista semanal que se montó entre todos, reuniendo dinero –algunos incluso firmando hipotecas sobre sus propiedades--, y que al final resultó una encerrona brutal. Al principio, la distribuidora decía que la revista iba bien y por eso seguimos, hasta que al llegar al número 13 quisimos saber cuánto se vendía exactamente para ajustar tirada, y nos contestaron que lo revisarían. Entonces, empezaron a aparecer palés y más palés de revistas sin desempaquetar siquiera, y nos dijeron que solo se vendían unos 200 ejemplares cada semana. No sólo tuvimos que cerrar, sino que nos quedamos con unas deudas “para cagarse” con los bancos, las imprentas y con nosotros mismos. Un desastre, vamos.
Cimoc nº 54. Año 1985. Guión: F.P Navarro y J.Sarto. Dibujo: Ruben Pellejero. Año 1985. Anteriormente fue publicada en la revista Cul de Sac en 1982.
Cimoc nº 46. Año 1984. Mitos. Guión: F. Pérez Navarro. Dibujo: Garcés
-Publicas novelas populares en editoriales como Astri, Delta o Ceres. ¿De que temática eran?¿Qué opinas de todo ese genero de las novelas de a duro, tan popular durante décadas?
Unas eran aventuras juveniles –para chicos y para chicas, curiosa diferencia--, otras eran del oeste, ciencia ficción, policíaco... Y luego hicimos una serie de unas cuarenta novelas de un personaje que se llamaba Indiana James. En cada novela le soltaban eso de: “¡Ah, como el de las películas!”. Y él tenía que explicar que no, que lo llamaban Indiana porque había corrido en las 500 millas de Indianápolis. Era un running-gag. Las escribíamos entre cuatro amiguetes que nos llamamos oficialmente Narradores Asociados. Los cuatro habíamos hecho historieta: Juanjo Sarto, Jaime Ribera, Andrés Martín y yo. Nos reuníamos, paríamos ideas –hoy día los publicitarios lo llamarían “brainstorming”--, y uno hacía el borrador, y el otro lo pasaba a limpio. Nos íbamos turnando según nos apetecía o nos divertía más. Cada novelita tenia unos 125 folios y podías poner las paridas que quisieras porque no teníamos normas. Todos usábamos pseudónimos diferentes que empezaban por N A (de Narradores Asociados). Pseudónimos americanizados, por supuesto.
Los bolsilibros es otra de las cosas que prácticamente ha muerto. La ventaja es que eran cortos y baratos. ¿Hay ahora algún mercado equivalente a esto? El problema es que se lee menos. La lectura, sea de libros, tebeos o bolsilibros, requiere un esfuerzo mental, es mucho más fácil sentarte delante de una pantalla y dejarte ir, absorber pasivamente lo que te echen. El ocio pasivo manda en todos los terrenos. Quizá se salven los videojuegos, porque has de intervenir más activamente, no se, habría que meditarlo.
-La revista Más Madera, allá por 1986, con series tuyas como “Nacido para triunfar” con dibujos de Sempere y Radio Garfio con dibujos de Antonio Navarro fue el último intento de Bruguera de modernizarse y llegar a otras edades. Estuviste también en el consejo de redacción de la revista con otros grandes del cómic. ¿Cómo fue este periodo?
Más Madera la coordinadaba Alfonso López. Ahí nos metimos todo el colectivo Butifarra! intentando dar caña otra vez, pero tirando más hacia el humor, aunque también contenía historias serias. Bruguera ya estaba en dificultades y buscaba productos atípicos para ellos, por eso era una revista que se confeccionaba autónomamente fuera de la editorial, y se les entregaba ya hecha para que la imprimieran y distribuyeran. Otra revista con este sistema de trabajo fue el TBO de Joan Navarro y la revista Bichos, que se llegó a preparar pero ya no llegó a publicarse con ellos. Creo que llegó a editarla José Mª Beá, ¿no?
Páginas de Radio Garfio y Nacido par Triunfar en Más Madera.
Foto de cachondeo de Francisco Pérez Navarro extraida de un ficha de la revista Más Madera
-Hacia finales de los ochenta e inicios de los noventa, junto a Jordi García Sempere, renováis una de las familias más clásicas del TBO, La Familia Ulises. ¿Cómo fue tan singular encargo?
Hace treinta y pico años de esto ¿y me preguntas cómo fue?. A ver si me acuerdo. Ediciones B había comprado la cabecera del TBO o algo así, y lo quisieron “renovar”. No sé exactamente por qué nos eligieron, pero el director, que era Víctor Mora, nos llamó y nos lo propuso. Nos dijo “Vamos a intentar recuperar el espíritu Bruguera dentro de la línea TBO”, lo cual era una mezcla un poco ininteligible. Incluso querían recuperar los subtítulos en verso bajo el título principal de las series; y en principio el subtítulo de la nuestra era “La familia del ático y su vecino tan simpático”. Pusimos cara de póquer y le comentamos humildemente si lo podíamos cambiar. Le extrañó muchísimo que no nos entusiasmara (risas). Como en teoría era algo muy catalán le pusimos La Familia Rovellón como título. Era una puesta al día o, como dicen ahora los yanquis, un reboot de La Familia Ulises. Hicimos muchas historietas e incluso se publicaron en Francia a través de Glenat, como La Familia Castagnette. Como éramos españoles, debieron de pensar, “¿Algo típico español?... ¡Pues las castañuelas!”. ¡Muy agudos los franceses...!
-¿Te atreverías en estos tiempos de crisis con una tercera revisión de esta familia?
Por supuesto y tendría mucha más coña. ¿Los Rovellón en apuros económicos?... Sí.
-Cuando realizas parodias superheroicas estas en tu salsa. Total Hero con Sempere en 2002 estuvo genial.
Lo hicimos para un suplemento de El Sol, un periódico madrileño, y que coordinaba Lorenzo Díaz, un gran amigo. Sólo nos dio tiempo a hacer un par o tres de medias páginas antes de que cerrase. Luego, el propio Lorenzo se encargo del suplemento infantil del ABC, y repitió el encargo. Remontamos aquellas páginas para convertirlas en páginas enteras, y seguimos haciendo más. Hasta se vendieron en bastantes países.
-Y luego Editorial Dolmen publicó un álbum...
Sí, fue en la época en que yo era editor de Dolmen; o sea, que fue casi una autoedición. Pero solo se publicó un tomo. Al menos hay 150 historietas por lo que muchas quedaron colgadas.
¡Pues es una pena que ninguna editorial se interese por esta divertidísima serie!
Entrevista realizada 24 de abril de 2014
El retorno de Efepé al Supergrupo con Jan a traves de Ediciones B y con Nacho Fernández a traves de EDT.
¡Continuará!
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