En 1985 Francisco Ibáñez rompía sus maltrechas relaciones con la editorial Bruguera. Al mismo tiempo Anna María Palé, que estuvo 13 años trabajando para Bruguera, primero en calidad de traductora y más tarde al frente de las publicaciones juveniles, también decide dejar la editorial convirtiéndose en agente literaria de Ibáñez. Es así como a través de ediciones Junior /Grijalbo crea en 1986 la revista Guai! que no solo tiene como estrella a Francisco Ibáñez sino que poco a poco otros grandes dibujantes de Bruguera como Raf, Robert Segura, Escobar, Martz-Schmidt se van incorporando a la plantilla.
Bruguera, molesta por esta competencia, acusa a Anna María Palé de espionaje industrial, violación del secreto profesional y apropiación indebida y le reclama 10 millones de pesetas. Pero toda esta jugada no impidió que Guai! apareciera en los quioscos con una tirada de 140.000 ejemplares y fue una de las últimas y más completas revistas juveniles de la época, al menos mientras Palé estuvo al frente de la misma.
Guai! a parte de los consagrados dibujantes españoles contenía lo mejor del cómic franco-belga. En este número 63 de verano de 1986 ya era una revista consolidada y nos ofrecía la novedad de una portada doble, una de Ibáñez y otra de Raf, ya que la primera se podía separar y tenías además un juego por la parte interior. El número en cuestión incluía historietas internacionales de personajes como Spirou, Asterix, Lalo Ley, Bobo, Leonardo… Casi ná!. Además podías optar a la Tarjeta Risa Oro, como socio del club Guai! a través de un concurso.
En las páginas centrales un magnífico Robert Segura nos mostraba una playa en verano donde aparecía hasta Bobo. Además el número en cuestión anunciaba la nueva revista Yo y Yo con los auténticos Mortadelo y Filemón, los de Ibáñez, que era un autentico zasca en toda la boca para Ediciones B que publicaba los personajes de forma apócrifa en sus cabeceras. Aunque la publicación Yo y Yo duró muy poco, ya que Ediciones B llegó a un acuerdo con Ibáñez y este volvió de alguna manera a la casa madre.
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