domingo, 9 de mayo de 2021

Reseña cómic: Lucky Luke en Un cowboy entre algodones de Jul y Achdé / Kraken Editorial



Cuando aparece en España un nuevo álbum de Lucky Luke no es un acontecimiento ni aparece en la prensa, como sucede con una nuevo cómic de Asterix. Ni que decir que este Luke fue en Francia  el álbum más vendido el año pasado con casi medio millón de ejemplares. Así que sin hacer apenas ruido ya tenemos en castellano la más reciente historieta del más famoso vaquero del cómic titulada Un Cowboy entre algodones y publicada por la editorial Kraken.

Lucky Luke es un cómic franco-belga creado en 1946 por el guionista y dibujante Maurice de Bévère más conocido como Morris. Una parodia del lejano oeste llena de aventuras que brilló notablemente cuando René Goscinny se encargó de los guiones. Cuando falto Goscinny, Morris se hizo cargo de los guiones en algunas historietas, aunque el autor recurrió a otros guionistas como Bob de Groot, Patrick Nordmann, X. Fauche y Jean Léturgie. Morris (1929-2001) en sus últimos años se encargó del guión y del dibujo aunque estas últimas historietas, como El artista pintor o La leyenda del oeste fueron bastante insulsas y con viñetas algo repetitivas. Con la muerte de su creador los guionistas se van turnando, con mayor o menor fortuna, pero con la entrada del guionista y dibujante Julien Berjeaut (Jul) en la parte literaria de las aventuras de Lucky Luke, estas vuelven hacerse interesantes y ya van tres: La tierra prometida, un cowboy en París y la que nos ocupa Un Cowboy entre algodones.



Con Jul al mando, Lucky Luke sigue siendo un cómic para todas las edades, en el que el protagonista conoce a personajes reales del antiguo oeste, vive hechos históricos o puras aventuras pero vuelve a tener ese fina gracia e ironía características, recuperando esa frescura que había perdido con los años. Además toca temas más sensibles y adultos como en este última publicación, como es la segregación racial.

Lucky Luke tiene que viajar a Luisiana, saliendo de su zona de confort, porque ha heredado una gran plantación de algodón. La señora Constance Pinkwater al morir le ha dejado todo a nuestro cowboy al no tener herederos y al ser una admiradora del amplio historial del vaquero a través de recortes de prensa. En los campos del sur, Luke se dará de bruces con el racismo y la esclavitud, pues los trabajadores negros de la plantación después del fin de la guerra de Secesión (1865) y de la abolición de la esclavitud, en apariencia parecen libres, pero no es fácil eliminar las costumbres de las familias ricas aristocráticas blancas, y ni tienen voz, ni reciben sus salarios, o lo que es peor, son marcados o asesinados… La aparición del Ku Klux Klan pondrá en serios apuros al hombre que disparaba más rápido que su sombra y más perplejo que nunca.

Como veis la trama sorprende ya que no es la amable que pueda parecer de otras historias de Lucky Luke y lo hace más adulto. A pesar de la dureza del tema, Jul no se olvida del humor que va situando estratégicamente aquí y allá. El autor quería realizar una aventura en la que los negros no fueran un estereotipo, como ya habían aparecido representados en historias pasadas como Remontando el Mississipi (1961), en la que aparecían todos con rasgos muy parecidos, cantando, por ahí tumbados o sin trabajar. De hecho esta es la primera aventura de Lucky Luke, y ya suma más de noventa, en la que los negros aparecen bien caracterizados y dibujados de forma diferentes. En una entrevista Jul afirmó que en cierta manera quiso crear el "antídoto" de Tintín en el Congo,   con el plus de introducir a Bass Reeves, el primer marshal negro al oeste del Misisipi, personaje real proveniente de una familia de esclavos que no es muy conocido aun habiendo detenido a más de 3000 bandidos en su larga carrera.

El dibujante Hervé Darmenton (Achdé), que no ha variado desde la muerte de Morris, vuelve a clavar a Lucky Luke en Un cowboy entre algodones, pero si en los primeros álbumes era un calco perfecto de Morris, y lo sigue siendo, lo combina con su estilo más cartoon y vivaracho. Compone páginas con dibujos que ocupan casi su totalidad o solo tres viñetas por plancha, como en la escena del huracán que aportan modernidad al cómic. Un detalle a nombrar es que tal vez no haría falta que dibujase a Lucky Luke constantemente con la plantita en la boca. Aparecen bastantes personajes ya desde las primeras páginas de la aventura, incluidos los sempitiernos hermanos Dalton, y esta vez con más gracia en el guión. El color del colorista Mel es más variado que en los tiempos de Morris en los que un solo color podía inundar toda una viñeta.

Un cowboy entre algodones te sorprenderá por la temática, siendo una historieta de Lucky Luke, y eso está bien para los jóvenes lectores que lleguen a él, pues aprenderán una pequeña parte de la historia de Estados Unidos que rompe la clásica representación en el cómic de los negros en el oeste. No es además la típica historia en la que Lucky Luke es el salvador y en eso también es singular.  El hándicap es que la historia finaliza, en lo más interesante, un tanto de forma precipitada a través del huracán y creo que la trama daba para más. Como apunte final, la clásica viñeta final con la puesta de sol, siendo el cómic una denuncia a la situación que vivieron los negros, choca un poco como esta resuelta. 

UN COWBOY ENTRE ALGODONES de Jul y Achdé
Páginas: 48
Editorial: Kraken
Encuadernación: Tapa dura
Año de edición: 2021
PVP: 15€

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