No creo que a Ibáñez, el padre de Mortadelo y Filemón, le compense la obtención de el premio Princesa de Asturias , con todo el mal rollo y controversia que le puede llegar de un sector de lectores de cómic, que no del público en general. No creo que sea agradable que le lleguen muchos comentarios a estas alturas de su vida. Solo quiero agradecer la de horas que me he divertido leyendo su tebeos de niño y joven, y aún hoy, leyendo alguna historia corta o larga de las cientos que tiene, me saca algunas sonrisas en algún momento. Se que en los tiempos de Bruguera el personaje no estaba bajo su control y se hicieron cientos de historias apócrifas sin acreditar, algunas con más o menos gracia, se que en muchas ocasiones copió de otros autores extranjeros, y se que que en los últimos 35 años le cuesta reconocer que sus dibujos los entinta o entintaba Juan Manuel Muñoz Chueca y que menosprecia en alguna ocasión este arte en las entrevistas. Ay, las entrevistas orales, no se suelen medir a veces las palabras y luego se queda muy mal o no muy correcto. Tampoco entiendo ese no querer que se acredite al entintador, aunque sí se ha hecho en los últimos álbumes de Mortadelo y Filemón, todo esto lo sabemos los lectores de cómics. Ibáñez es un dinosaurio de otra época de hacer cómics y esta última actitud, incomprensible, no le hace mejor persona en este aspecto, pero ha sido y es, un gran creador incansable y puede que muy a su bola, en el mundo del cómic en España. Se ha dedicado toda su vida a dibujar, con pocos parones. Si sus personajes no gustasen y vendieran ( y sus álbumes venden), no se seguirían publicando. Muchos otros dibujantes de humor de su época, no llegaron a ese nivel de aceptación del gran público. En la actualidad nuevos infantes, lo siguen descubriendo y enganchando a sus aventuras. Algo tendrá Mortadelo Y Filemón para que se mantenga durante más de sesenta años activo y cualquier persona de más de 30 años sepa quienes son la pareja de agentes secretos más tontacos del cómic español y lo hayan leído alguna vez en su vida.
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