sábado, 15 de octubre de 2016

De cuando Torpedo de Enrique Sánchez Abulí y Jordi Bernet pudo valer un dólar...

El inicio de un personaje está en sus creadores, ya sea en el papel en blanco o en una pantalla de ordenador. Ahí empieza todo. Luego esos abnegados guionistas y dibujantes trabajan para ir puliendo y asentando a su personaje a medida que este tiene continuidad. Y así paso a paso el personaje alcanzará el éxito o el reconocimiento.

En el mundo del cómic ese personaje, si tiene mucho éxito, enriquecerá económicamente y dará trabajo a muchas personas. Lo malo es que, paradójicamente, en muchos casos los creadores que es de donde surge todo, son los que menos recibirán. Todos recordamos la larga etapa brugueriana o los casos los creadores de Superman Jerry Siegel y Joe Shuster; el casi anonimato de Bill Finger con Batman; Víctor Mora y Ambrós con El Capitán Trueno; los problemas que tuvo Roser Capdevila con Les tres Bessones… Y es que además si el personaje tiene mucho éxito es posible que empresas audiovisuales o editoriales intenten ningunear o directamente engañar a los creadores y quedarse con todo o casi todos los beneficios.


Javier Mesón explica muy bien en su libro Torpedo 1936: Historia de un gángster sin alma como cuando hubo interés en realizar una película de Torpedo, el comprador Comics USA a través de Glenat Ediciones, que es lo que les ofrecia exactamente a sus dos creadores Enrique Sánchez Abulí  y Jordi Bernet. Recientemente en la revista El Maquinista de información de historieta de los años 90 he podido consultar el documento que la editorial pretendía que firmasen los dos creadores de Torpedo. Ver para creer!! Por supuesto ellos dos no cayeron en la trampa, pero todo hecho les costó que la editorial les boicotease el personaje.



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