Reseña: Una vez dicho esto... de Juan Carlos Bonache

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UNA VEZ DICHO ESTO...

Es posible que hayas visto alguna tira gráfica de Juan Carlos Bonache en un algún número “antiguo” de la revista El Jueves, en la revista Dolmen o quizás en la revista informática PC Today , en su blog o simplemente navegando por Internet. Lo que es seguro es que su lectura te habrá provocado desde una sonrisa a un carcajada.

Es lo que tienen las tiras de Bonache que te hacen “de reír”. Un humor cínico, de pasarse tres pueblos, de mezclar conceptos, de situaciones surrealistas...
Lo mejor de todo este material disperso lo vais a encontrar en el gordo tomo “Una vez dicho esto...” de la editorial Norma. 176 paginazas de puro cachondeo. Las tiras se agrupan en varias series del autor. Abre el tomo “Gaviotas” con una primera tira que ya resume el humor explosivo de Bonache. ¿Qué pasaría si todas las hembras abandonaran una comunidad de gaviotas dejando a los machos solos? Luego viene “Furor ochentero” potente título que agrupa las series y películas de esa época mezcladas en una coctelera provocando ya de entrada hilaridad.
Le siguen las temáticas: “Geek Island”, las tronchantes “gaviotas Superhéroes” y el no menos “Mariquita-Man (si creías que Calico Electrónico era la cumbre en esta línea de supers, ahí esta Mariquita...).¡Alguien tenía que decir lo de la página 91! Y no se vayan todavía, porque si normalmente en las recopilaciones de tiras tipo Snoopy o Garfield se siguen unas pautas repetitivas, aquí hay variedad de temáticas, como las surrealistas “Zumbaos”, “Platos combinados” a una sola viñeta, o “estado civil soltero” centrado en las relaciones de pareja de los bastos varones.


El dibujo de Bonache parece de tebeo infantil / juvenil. Es bonito, aunque las chicas rezuman sexualidad y erotismo contenido, pero “tal como avisa la cutre pegatina que Norma Editorial ha de pegar en las cubiertas de sus cómics avisando normalmente de que número de edición es para tocar los huevos a los coleccionistas”: esto no es para niños. Y así es, sus dibujos pueden parecer cándidos, pero las historietas tienen mala leche de la buena. Aunque no quite que algunas tiras sean de humor más blanco y brugueriano. Lo que si no me cansaré de repetir es que son divertidas.

El tomo esta muy bien editado en papel de calidad en tapa dura y alterna el color y el blanco y negro. La única pega es que algunas tiras o viñetas están demasiado aumentadas ocupando una página entera, dando la sensación de desperdiciar el preciado espacio, para colocar más ocurrencias del autor. Esta sensación se incrementa con los dibujos de reproducciones de otras tiras que adornan demasiados grandes espacios en blanco. Lo digo porque el tomo es gordo, son 18 euros y ocupa un espacio en las bibliotecas personales, y ya que es así, mejor que cunda cuanto más mejor.
Información de la obra en la editorial.