Sitges 2009 con Haeundae

SITGES 2009 El pasado 1 de octubre se inauguró el 42º Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya: Sitges 2009.
Como siempre un montón de películas de terror, fantásticas, dibujos animados, e idas de olla varias. La ambientación y las exposiciones: tristes es poco. Los cuatro stands de merchandising no estaban mal.
Este año sólo pude asistir el sábado 2 y con el valor de acudir a un pase a las 9:30 de la mañana hora local para una película coreana titulada Haeundae. El film es del genero de los desastres naturales y va sobre la llegada de un tsunami a una ciudad costera de Corea. ¡Sorprende gratamente!. Lo que la primera hora en una película americana seria narrar problemas familiares, amoríos y presentación de algún que otro héroe, aquí se resuelve con muchas dosis de humor. Te ríes y parece que estés viendo una comedia con unos tipos que en realidad son unos perdedores e intentan sobrevivir en su mundo. Sin embargo el tsunami llegará, las escenas son espectaculares y sin nada que envidiar a las americanas. Como bien dice el diario del festival el fenómeno de la naturaleza pone al mismo nivel a ricos y a pobres. Esta película es una superproducción de este mismo año y la película más taquillera de la historia del cine Coreano. Se lo merece. Ofrece diversión y logrados efectos especiales aunque se nota la maqueta en algún pequeño plano. Lo único criticable es que tal vez el tsunami tarde en aparecer y las escenas dramáticas de "desaparición" se alargan demasiado. Además no se ve en toda su magnitud el desastre posterior cuando ya ha pasado todo.
No puedo comentar ninguna más porque es la única que vi y el envoltorio festivalero es casi inexistente... Ah sí, me olvidaba, pude asistir en directo al fenómeno "griterío adolescente me he mojado las bragas", pues el Auditorio contaba con la presencia de Jamie Campbell Bower. Actor de la saga de vampiros Crepúsculo. Había un pase gratuito en el auditorio de tan solo cinco minutos sobre la segunda parte y algunas chicas habían pasado la noche al raso para poder entrar. ¡Señor!