Los que amamos el cómic sabemos que es un amor que dura para siempre hasta nuestra muerte. Juan Álvarez ,un chaval de provincias, nacido en la Transición, dibujaba y leía tebeos llenando su infancia de fantasía, teniendo ese sueño en la cabeza de ser dibujante de cómics. Para realizar ese sueño de juventud tuvo que ir a Madrid y luchar por esa pasión. Y esta es su historia. Un cómic de más de 100 páginas en que nos narra esas vivencias en el Madrid en los años setenta, y como consiguió convertirse en el genial dibujante de Los Mendrugos, junto al colorista Jorge Gómez, para la revista el Jueves o de obras Como peces en la red tan intimistas y bonitas como este Sueños de tinta. Una maravilla de cómic en el que nos muestra su vital experiencia pasada, sin tapujos, un cómic que ha de estar ya por derecho propio junto a la obra Los Profesionales de Carlos Giménez, y Siempre tendremos 20 años de Jaime Martín . Un cómic plagado de referencias a la música, a cómics, a actores, y a cierto estudio de animación... Un largo periodo de su vida que fue duro, pero revisionado con la perspectiva de los años… Una trama también de memoria histórica de España narrada con toques de humor que encantará a todos los que amamos este medio. Un cómic para todas las generaciones, porque las sensaciones, los problemas, las inquietudes al perseguir un sueño, aunque en otras épocas, siguen siendo las mismas. Por que este cómic es eso, la persecución de un sueño: ¡ser dibujante de cómics!.
PRESENTACIÓN CÓMIC
SUEÑOS DE TINTA
Será el propio Juan Álvarez el que nos hable de Sueños de Tinta en la presentación del cómic que tuvo lugar el 17 de noviembre de 2023 en la Libreria Arkham de Barcelona.
Juan Álvarez: Conforme iba avanzando esta obra he descubierto cosas de mi mismo y de mi pasado, como era, como pensaba, como he ido evolucionando… Ha sido una terapia y tenía muchas ganas de contarlo todo. Es una parte de mi vida que son los cimientos de lo que soy, porque si yo no hubiese ido a Madrid hubiese sido otra persona. Yo era un joven absolutamente tímido y cuando llego a Madrid, te tenías que espabilar y buscarte la vida. Esa búsqueda, cuando tenía 18 años, no hay que olvidar que era el 79 e ir a Madrid era como ir a Moscú, porque el tren tardaba nueve horas en llegar… Siendo un chaval de provincias era un caos, enfrentarte a esa gran ciudad con un montón de gente corriendo arriba y abajo. Hay una viñeta en el cómic en que lo explico muy bien y es cuando aparezco en la plaza de España, mostrando mi sensación y mi emoción, pues quería trasmitir cómo me enfrente a esa situación. Esa viñeta se puede dibujar desde muchas perspectivas y quería trasmitir esa sensación de sólo ante el peligro, la pequeñez del tú, y la grandiosidad de ese monstruo al que te tenías que enfrentar. Tienes que manejar las viñetas para ir contando y seguir emocionando, pero no solamente a la gente que lo va a leer sino también a mí mismo, que es lo que he ido haciendo al realizarlo.
-¿Por qué haces tanto uso de flashbacks y te vas a la niñez?. ¿Tu niñez fue emocionante?
¡Mi niñez fue desgraciada! A ver, yo fui feliz, pero a los ocho años era muy consciente de lo que pasaba, cuando un niño se caracteriza por ser inocente y enfrentarse a todo, pero yo fui el mayor inútil que hay, porque no se ni conducir, ni nadar, ni montar en bicicleta… Claro, yo veía a todos los zagales de mi edad meterse unas ostias con la bicicleta, rodillas peladas, y yo pensaba ¿qué necesidad hay de esto?… ¿Puede sobrevivir un ser humano sin montar en bicicleta? Yo he sobrevivido a eso, en cuanto nadar simplemente estoy en la playa y me meto donde no cubre, y conducir... pues lo que he hecho es tener pareja que conduzca… ¿Sabes conducir? Sí, pues me conviene… Así ha sido mi vida. Risas…
-¿Cómo era la vida con tus compañeros de profesión en Madrid en esa época?
En sueños de tinta aparecen muchas personas, algunas de ellas vivieron conmigo esos momentos y sirve para demostrar como los seres humanos pueden compartir e enriquecerse, porque en aquella época formamos una piña de gente que venía de fuera de Madrid, de Granada, de Córdoba, de Murcia, y aquello era precioso porque todos teníamos una pasión común por el cómic, aunque por autores distintos. A mí me gustaba Carlos Giménez, a otro Moebius y a otro Uderzo. Porque en el mundo del cómic cada uno tiene su referentes. Pero estas conversaciones entre los que compartíamos piso te hacían olvidar ciertas cosas de la vida cotidiana en un Madrid difícil, algo que asumías cuando había un atentado de ETA en la ciudad. Lo primero que hacíamos entonces era mirarnos y bajar a la cabina de teléfono a llamar a nuestras familias para decir que estábamos bien. Pequeños detalles que muchos pueden haber vivido en otras partes, pero Madrid como capital del estado se las llevaba todas: ETA, guerrilleros de Cristo Rey, Fuerza nueva, los ministerios… Lo mejor y lo peor, y siendo un zagal de 20 años te curte en un momento en que aprendes mucho. Ni las ostias que me pudieron dar los Guerrilleros de Cristo Rey me iban apartar de mi sueño. En aquella época llevaba el pelo largo y con eso ya eras un rojo y te podía pasar cualquier cosa. Pero al tener 20 años no te importaba, porque pensabas que esto es lo que tiene que ser la vida y luego continuabas con tu rollo. Pero te marcaba y te hacía pensar, ¡pues claro que soy rojo!.
-¿Trabajaste en los dibujos animados?
El hecho, por ejemplo, de entrar a trabajar en Cruz Delgado , el estudio que hizo la serie de dibujos animados Don Quijote de la Mancha, nos quitó de la pobreza, porque editoriales en Madrid había pocas y lo que mandábamos a Barcelona a las revistas como Víbora, 1984 o Cimoc no prosperaba…Vivíamos en un piso en el que hacia un frío de la ostia, en una guardilla con goteras!! pero con veinte años no te importaba. Recuerdo como apareció la noticia en el diario ABC de que se necesitan dibujantes para una serie de dibujos y allí nos presentamos, ¡y entramos con nómina! Y es cuando llamé a mis padres para decir ¡ya tengo nómina y seguridad social! Aunque en el cómic no nombro directamente la serie de dibujos Don Quijote de la Mancha porque había mucha gente implicada: un productor, un director, gente con la que desconecté y no quería meterme en berenjenales… Aunque hay guiños en algunas viñetas en que se ve de refilón a Don Quijote… La verdad es que trabajar en esta serie de dibujos animados nos curtió muchísimo. A nivel estilístico, se nota mi trazo, un trazo lineal...
Una revista de cómics de corta durada que aparece en Sueños de tinta
-¿No hubo malos rollos entre vosotros, bromas pesadas? En el mundo comiquero, en otros cómics que narran la vida de los dibujantes, sí que aparecen.
No he obviado los malos rollos o bromas entre los dibujantes, como sí que se ven en el cómic los Profesionales de Carlos Giménez, porque no hubo casi ninguna, salvo alguna broma anecdótica y aun seguimos siendo amigos los implicados, y además no influenciaba en la historia, en el discurso lo que cuento es lo que es. De hecho uno de los dibujantes que aparecen en el cómic, me ha llamado emocionado diciéndome que es lo mejor que he hecho hasta la fecha, que está bien contado y narrado. ¡Hasta Carlos Giménez, mi referente, me ha dicho que le ha emocionado la lectura del cómic y esto para mí no tiene precio.
-¿Cómo te has enfrentado a un cómic largo?
No sé si Sueños de Tinta será mi obra cumbre, pero estoy contento con lo que he contado, como me ha salido y como me he desnudado. Yo no he realizado muchas historias largas, siempre han sido de una sola página, pero he encajado todas esta vivencias en viñetas formando un relato largo. Pues no lo se… porque yo no hecho ningún storyboard para este cómic, ni un storyboard de principio a fin, porque si lo hubiera hecho de esa forma para mí se hubiera terminado la obra antes siquiera de empezarla. Yo necesitaba sorprenderme paso a paso, al mismo tiempo, de forma lineal, para poder continuar. Si hubiese hecho el storyboard de principio a fin habría matado el proyecto. Dibujo , voy avanzando y cada tres o cuatro páginas, se más o menos lo que va a pasar a continuación . Necesito descubrir algo que no había pensado y meditado, y que aporte riqueza, que no está muerto, vida continua… De hecho no sabía como iba terminar la historia hasta que me faltaban 10 páginas para acabarla. Así he avanzado y en el anterior Como peces en la red, igual.
Si cuando uno tiene 20 años no persigue su sueño, es que está muerto. Y en Sueños de Tinta narro esta persecución y eso es lo que he querido contar. Espero que os guste
SUEÑOS DE TINTA
Autor : Juan Alvarez Montálban
Encuadernación: rustica
Encuadernación : rustica
Nº de páginas : 264 - PVP: 20€
Para saber más: Entrevista a Juan Álvarez