domingo, 8 de enero de 2017

Reseña teatro: Moustache, The Rhythm Musical de Coco Comin



La compañía londinense Moustache Music Hall recibe, a principios del siglo XX, el encargo de entretener con su espectáculo al mismísimo rey Eduardo VII. Los componentes de la compañía lo van a dar todo e incluso se extralimitarán peligrosamente delante de tan ilustre personaje. El pequeño Max (Sergio Franco) es el alma de la comedia de esta compañía. Él es bailarín, pero sobre todo es el clown y comediante estrella de la función Moustache, pero algo se está quebrando en su interior y ni tan solo su amada Mary piernas largas (Júlia Ordoñez), bailarina también de la compañía, podrá detener esta grieta…


Después de dos años de preparación Coco Comin presenta la comedia musical Moustache, en la que un buen puñado de números musicales se suceden a ritmo de claqué sobre el escenario. La directora y autora del libreto ha orquestado un vertiginoso recorrido por diferentes épocas y temáticas de la historia con trabajadas coreografías. Ante nuestros ojos desfilarán más de trescientas piezas de vistoso vestuario diseñadas por la propia Coco Comin. Se oirá el claque con atronadora nitidez,  pues los bailarines llevan micros en los zapatos y hay dispuestos una serie de micrófonos también bajo el escenario. La obra contó con un presupuesto de 500.000 euros y posee un macrodecorado en el que se proyectan imágenes que crean la ilusión de la existencia de diversos espacios y ambientes.
La música en directo es a cargo de Xavier Mestres junto a otros cinco músicos que tocan infinidad de instrumentos distintos. Diez claquetistas, nueve actores, cantantes y bailarines. Treinta y cuatro números musicales. La dirección coreográfica de expertos de tap-dance como Sharon Lavi y Júlia Ortínez. Moustache, the Rhythm Musical tiene todos los ingredientes para ser un gran espectáculo, pero…

  
Moustache es una explosión de claqué para los sentidos y esto no se le puede negar, sin embargo nos presenta una historia que ya ha sido contada en múltiples ocasiones: el payaso que está atrapado en un registro pero que quiere cambiar de faceta y no puede o no sabe cómo; la tristeza que esto le conlleva; la soledad y la amargura del artista consagrado y la locura. También el apoyo y la amistad y el amor por los escenarios.
En Sergio Franco recae el mayor peso de la función y defiende y borda muy bien su papel que requiere sobreactuación, el histrionismo del Joker de Batman, y un humor a lo Jaimito Borromeo solo apto para personas de cierta edad, porque el texto humorístico del que parte el personaje para mostrar que es el rey de la comedia no es lo suficientemente divertido, salvo algunas chispas y números muy concretos. Nos retrotrae a un tipo de humor de teatro antiguo y, a la postre, bajo esa percha de monólogos comparativos y juegos de palabras, hace parecer que el personaje sea un clown en decadencia y no la estrella de la compañía.

 ¡Un número con zapatones...!

Los actores y bailarines Ernest Fuster, Albert Martínez y Joaquín Catalán aportan, cuando intervienen, buena voz y algo de frescura y buen humor al conjunto del espectáculo. El número de publicidad y la pieza del los filósofos son buena prueba de ello.



Júlia Ordoñez la actriz que interpreta a la novia del pequeño Max, destaca en el escenario por su espectacular presencia, pero tal vez le falte algo de química con su partenaire o más vigor para ser la estrella indiscutible en las coreografías. El cuerpo de baile se esfuerza al máximo y está integrado por actores y actrices con experiencia en el teatro musical y algunos de ellos son, incluso, profesores de ballet y claqué como la dinámica Evangelina Esteves.

Júlia Ordoñez con el apodo Mary piernas largas que ni pintado!

 Dos de las bailarinas Aina Casanovas y Evangelina Esteves

Los números musicales son muy variados, no tienen conexión unos con otros, y son de diferentes estilos, destacando las piezas “a contratiempo”, “Opa”, y “The railway Tavern”. Algunos son más clásicos pero impecables y en varios de ellos te invade una sensación de déjà vu, como con “Nakupenda Malaika”. En cambio otros, como el Can-Can, siempre tienen el suficiente poder revitalizador y parecen funcionar a medio gas.

Dos destacables números

Por todo esto, sales del espectáculo con una sensación agridulce, a la que no es ajena los constantes giros de la comedia al drama, algo cada vez más común sobre los escenarios.
Moustache, a Rhythm Musical Comedy gustará, por supuesto, a los amantes del claqué de alta calidad técnica, de los musicales aparentemente sencillos y del teatro de humor a la antigua.

“Moustache, The Rhythm Musical” se representa en el Teatro Apolo hasta el próximo 29 de enero de 2017.
Dirección: Coco Comin
Dirección musical: Xavier Mestres
Bailarines: Compañía de Claqué Coco Comin
Escenografía: Paco Azorín
Coreografía: Sharon Lavi y Júlia Ortínez
Producción: Coco Comín
Idioma: castellano
Duración: 165 minutos
Horarios y precios: Web Teatro Apolo

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