viernes, 28 de enero de 2011

¡Me la suda!

La viñeta /
Ilustración curiosona:

LUCKY LUKEDesde 1947 el vaquero que dispara más rápido que su propia sombra cabalga con éxito por la senda del cómic, al menos en Bélgica y Francia. Aquí en España tal vez no tanto.
En sus inicios sus métodos eran más expeditivos y llego a cargarse algún maloso, pero luego se suavizó y hasta dejó de fumar en los ochenta.
A diferencia de Hergé, Morris (1923-2001) su creador, no puso impedimento en que sus aventuras continuasen una vez muerto, y así ha sido.
Ahora la editorial Kraken ha publicado la última historieta del cowboy: Lucky Luke contra Pinkerton. El dibujo corre a cargo de Achdé y por la variedad de planos incluso supera al del propio Morris. Lo imita a la perfección. Al guión le falta más humor y gancho, pero ya sabemos que Goscinny era el mejor. No es de las más flojas de las nuevas.
Lo que me ha sorprendido es el dialogo en la siguiente viñeta. Que yo recuerde en mis tiempos en los cómics de Luke a nadie "se la sudaba”.

5 comentarios:

Lara dijo...

Menos mal que dejó de fumar porque si no ahora tendría que hacerlo en la puñetera calle, jajajaja...
Muuuuuuackssss!!!

Antonio Rodriguez Perez dijo...

Hola tarao, aunque por Cádiz te llamariamos colgao, o sea colgadete, está del carajo tu blog y me la suda es una expresión moderna, me imagino que esa viñeta no sería la original, y el traductor de turno la adoptó a su forma, en esa epoca dirian, no me importa, pero a mi me gusta lo informal, me la suda, me importa un carajo...etc,etc.
Tarao, un saludo de un colgao de Cai.

Chespiro dijo...

A mí, la verdad, me sorprendió también leer la expresión en el álbum. No estaría mal ver qué decía en el original.

ElRinconDelTaradete dijo...

LARA: En esos tiempos aun se podia en los bares je...
ANTONIO RODRIGUEZ PEREZ: Ya pero en un rebeo de Lucky Luke choca bastante.
CHESPIRO: Yo dudo que dijeran eso.

Anónimo dijo...

A finales de los 70, en el Secuestro Aéreo de Mortadelo y Filemón, aparece, mira por dónde,un controlador. Pese a sus insistentes advertencias, el avión acaba estrellándose contra la torre de control, por lo que el hombre, con aspecto maltrecho, micro en mano y entre los escombros, le dice al piloto: "¡TUS MUERTOS!

A mí eso me lo contó mi vecino, y no me lo creía. Pensé que era una de sus fantasmadas, pero tenía razón, como pude comprobar.